El notable periodista chileno Diego Zúñiga -autor, entre otra obras, de Noticias de Marte– visitó en nombre de los lectores de Factor Arstronomy, la muestra de arte extraterreno que tiene lugar en Madrid. Nos envía un informe harto completo. Y todo -crítica artística, ufológica e imágenes exclusivas- al módico precio de hacer click en nuestra reseña a su libro. (Es un chiste nuestro, por su crónica Diego no ha pedido nada). ¡Que lo disfrutes!
Si en alguna parte hubiera leído que en un mismo lugar iba a encontrar una versión pictórica de una famosa foto OVNI, esculturas de “extraterrestres grises”, fotografías de un robot en una extraña bodega, un platillo volador tallado en bronce o algún metal parecido, las fotos de un señor de barba captado en distintas ciudades del mundo haciendo gestos raros, un alienígena de hielo y una extraña referencia a los tres pastores del “milagro” de Fátima, habría dado vuelta la página sin perder más tiempo.
Semejante tesoro de arte pop y referencias a la influencia en la cultura de la ciencia ficción, la investigación aeroespacial y la ufología (¿no debería incluir esto en ciencia ficción también…?) no podría ser real. Error, error. Es real. Existe. Está en Madrid.
Allí, en la capital de España, se encuentra La Casa Encendida, un centro cultural que, además de decirnos cuántos árboles se salvan de ser cortados gracias al reciclaje de todo el papel que se usa en el edificio, expone en sus salas A, B, C, D y E Arstronomy, una selección del trabajo de una veintena de artistas españoles y extranjeros, a quienes une su interés, pasión o calculada inmersión en el mundo de la tecnología vinculada con el espacio. Si bien la exposición es heterogénea, poco exhaustiva y uno termina de recorrerla con gusto a poco, lo cierto es que consigue cubrir un amplio espectro de propuestas a las que bien vale la pena echarles un vistazo, sobre todo cuando la entrada es gratuita y el recinto cuenta con un aire acondicionado ideal para capear los calores infernales que azotan Madrid en estas fechas.
Pero más allá de la banalidad de esas ventajas, “Arstronomy” sirve como puerta de entrada a un escenario mucho más amplio y profundo que el exhibido en La Casa Encendida. Muestra de ello son las actividades que se han desarrollado como satélites de la exposición, entre ellas un encuentro con algunos grandes de la ufología, como Jacques Vallée o Chris Aubeck, que participaron en el panel dedicado al tema “El cielo habitado”. Precisamente la ufología, ese fenómeno cultural que copó la prensa durante varias décadas del siglo pasado, juega un papel importante en la muestra. Gracias a diversas propuestas artísticas, podemos repasar colecciones fotográficas que causarán las delicias de los interesados en estos temas.
Las fotos del venusino amigo de Howard Menger, los hermosos platillos voladores modelo 1950 de George Adamski, los discos volantes de Paul Villa (el hilo que sostiene esas maquetas, el secreto peor guardado de la ufología) y la bella alienígena Semjase, amiga del granjero suizo Billy Meier, copan una pared completa con su presencia, fiel reflejo de la inocencia de muchos casos ovni que hicieron correr ríos de tinta y emocionaron a tantos hace tanto.
¿De verdad alguien pudo tomarse en serio las fotos de dinosaurios que dice haber tomado Meier? De verdad. Puestas en masa sobre la pared, estas imágenes enrostran el nivel de credulidad que podemos tener incluso cuando la evidencia es tan pueril, tan infantil, tan básica.
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