
Otras obras cumplieron su sentido no bien completamos su lectura (tal fue el caso, al menos para mí, de Hombres y dioses en la picota, de H.L. Mencken o, en el rubro ficción, La Tierra permanece, de George R. Stewart). Pero el primer libro al que le atribuyo efectos permanentes, o casi permanentes, porque marcó mi comprensión de los temas que más me interesaban, fue Pseudociencia e ideología, de Mario Bunge (Alianza Universidad, 1985).
Cada vez que abro este libro al modo del I Ching encuentro párrafos reveladores.
La emergencia y difusión de la seudociencia y la seudotecnología son fenómenos psicosociales importantes, dignos de ser estudiados de cerca, y quizá de ser utilizados como indicadores del estado de salud de una cultura… la seudociencia y la seudotecnología son casos apropiados para poner a prueba a las distintas epistemologías. En efecto, el valor de una epistemología se mide por su sensibilidad a las diferencias entre ciencia y tecnologías genuinas y falsificadas, entre ciencia y tecnología de alta y de baja calidad, maduras y emergentes, vivas y muertas, así como por su capacidad para ayudar a científicos y tecnólogos a resolver problemas fundamentales que, por ser a la vez científicos o tecnológicos y filosóficos, son relegados a la tierra de nadie”.

Pero mejor vamos ya mismo a la noticia que teníamos para dar. Mario Bunge, que ha dictado cátedras en la Universidad de McGill, que está entre los 200 científicos más populares de todos los tiempos, que nunca ha dejado pasar oportunidad de visitar Buenos Aires, donde nació en 1919, ya tiene su biblioteca: una colección dedicada exclusivamente a su obra.
Editorial Laetoli, misma que en 2010 publicó Las pseudociencias ¡vaya timo!, ha comenzado a reeditar algunos de sus títulos clásicos, originalmente publicados Alianza y Ariel, desde hace años fuera de catálogo y, por lo tanto, desconocidos por las nuevas generaciones.

En lo que a mí respecta, no puedo menos que sentirme muy contento. Entre los tres primeros volúmenes corregidos y revisados por el autor, está Pseudociencia e ideología. Mejor lo digo con despiadada honestidad: no cambiaría la reedición por mi ejemplar ajado, anotado, subrayado en marcador fluorescente, lleno de recuerdos entrañables y… autografiado, pero me muero de ganas por saber qué ha considerado necesario cambiar y corregir Mario Bunge, 27 años después de aquella primorosa edición.
Enlaces
Biblioteca Bunge
Grupo Bunge
Mario Bunge y el detector de la fama científica. Por A. Agostinelli en Ciencia bruja (12-05-2011)
Un materialista científico en China
Momentos memorables con Mario Bunge








