El 22 de marzo, Día Internacional del Agua, Hugo Chávez venía hablando de las enormes reservas de agua dulce en América del Sur que –hasta donde se sabe– son las mayores del Sistema Solar “porque (en otros planetas) no se ha conseguido agua, o no se ha visto agua, a lo mejor un vapor de agua en Marte creo que recogieron, un vaporcito de agua. En Marte, yo siempre he dicho, u oído, no sería extraño que en Marte haya habido civilización, pero a lo mejor llegó allá el capitalismo (risas), llegó el imperialismo, y acabó con ese planeta”.
Y hasta ahí parecía haber llegado la cosa.
Pero el discurso del presidente de Venezuela nos invita a recorrer las creencias en los alienígenas de los mandatarios de todo el mundo, más allá de este caso puntual de acoso imperialista sobre el planeta Marte.
Nos lleva, por ejemplo, a la cumbre en Ginebra entre Ronald Reagan y Mijaíl Gorvachov, al presidente ufólogo de la caribeña isla de Grenada, sir Eric Gary (derrocado mientras denunciaba una pavorosa invasión E.T. en la Asamblea de las Naciones Unidas), a la reciente abducción denunciada por el gobernador ruso Kirsan Ilyumzhinov (para quien el ajedrez es un invento alienígena), al papel de agente extraterrestre que le atribuyó al ex presidente Carlos Menem el gurú chileno Carlos Walter y, claro, al trotskismo galáctico de J. Posadas.
También defiendo una tesis, a propósito del discurso de Hugo Chávez: el posadismo sería la más que probable influencia que recibió el carismático líder venezolano. Carlos León Cristalli, hijo bolivariano del fundador del posadismo, está muy cerca de Chávez.
Todo esto está ahora mismo en Ciencia bruja, bajo el título «Políticos con la cabeza en Marte«.