¿De qué color es el vestido? Una explicación neurológica

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¿Blanco y dorado? ¿Azul y negro? Un vestido que se ajusta a cada sistema perceptivo…

No sabemos si este es el primer vestido viral de la ciberhistoria, pero las extrañas reacciones que ha causado la imagen –todavía fuente de intensas discusiones– nos inspiró una ironía: también podría ser el primer caso de “daltonismo social”, en consideración a las cambiantes percepciones del color que dio lugar el mismo estímulo.

La explicación –claro– es otra. Nuestro amigo y colaborador Alejandro Beceyro tradujo el mejor artículo disponible en la web sobre la cuestión, escrita por el neurólogo y divulgador Steven Novella.

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Esto es bastante sorprendente –no solo por la velocidad en que se ha convertido en algo viral– sino por el efecto en sí mismo. Se está dando en estos momentos un intenso debate en las redes sociales acerca de si éste vestido es negro y azul o blanco y dorado. Échele un vistazo y decida usted mismo.

Buzzfeed abrió actualmente una encuesta donde hasta ahora hay un 72% de usuarios que ve blanco y dorado y un 28% azul y negro. Hasta el momento son cerca de 2 millones de votos, de modo que parece ser estadísticamente significativo.

Yo veo negro y azul, indistintamente de qué pantalla sea, o que versión de la foto. Esto no parece ser una cuestión de monitores o condiciones de observación.

En mi opinión, el motivo por el cual se ha viralizado tan rápidamente es que la gente queda sinceramente sorprendida cuando advierte que la imagen que tenemos del mundo es, en última instancia, una construcción subjetiva de nuestros cerebros. Taylor Swift escribió en relación a éste debate:

 “No puedo entender este raro debate y me siento como si me estuvieran tomando el pelo. Estoy confundida y asustada. P.D. es obviamente azul y negro” 

Esto lo resume todo: ella piensa que debe ser un truco (es decir, un truco mental) y está asustada y confundida; pero, al mismo tiempo, está completamente convencida que su percepción es la verdad objetiva.

vestido_nEn realidad, es claramente una ilusión óptica; un tipo de ilusión conocida como “constancia del color”. Nuestro cerebro ha evolucionado para favorecer  la coherencia antes que la precisión, tanto en lo referente a la memoria como a la percepción. Si vemos a un tigre corriendo a través de un bosque con el Sol filtrándose entre el follaje, lo importante es que percibamos la entidad “tigre” como una constante, y no una configuración cambiante de manchas y formas.

La percepción de un color en la retina puede cambiar dramáticamente en diferentes condiciones de iluminación. Esto podría engañar a nuestro sistema perceptivo, provocando que interpretara como una serie de elementos sueltos (luces y sombras) lo que en realidad es una sola entidad. Para corregir la percepción en el sentido de que se trata de una sola entidad nuestro cerebro ha desarrollado algoritmos de corrección de sombras y color. El blanco, que en condiciones de baja iluminación se ve azul, es corregido por nuestro cerebro y se interpreta como blanco.

Aquí hay una versión en blanco y negro de esta ilusión.

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El tono de los cuadros A y B son idénticos, pero nuestro cerebro los interpreta como blanco y negro: éste asume que se trata de tonos similares en condiciones de iluminación diferentes, y corrige nuestra percepción por el efecto del sombreado.

La de abajo es una intensa ilusión óptica, ahora en color. Las rayas verdes y azules son en realidad exactamente del mismo color. Nuestro cerebro las percibe como totalmente distintas debido a los colores que las rodean, que debido a lo que interpreta como un patrón de sombreado, lo fuerzan a hacer corregir el tono de color en sentidos opuestos.

El caso del vestido es una ilusión de constancia de color semejante, pero además una ilusión de estímulos ambiguos.

color-constancy1-300x168Este tipo de ilusiones producen información contradictoria en nuestros cerebros, de modo que hay distintos modos de interpretación igualmente válidos. ¿Recuerdan la ilusión de la bailarina girando? Esta ha sido una de mis entradas más populares, por la misma razón en que éste vestido se ha convertido en viral. Nuestros cerebros pueden ver la bailarina girando indistintamente hacia la izquierda o hacia la derecha. Hay montones de ilusiones parecidas (si es una joven o una anciana, en qué sentido se enfrentan dos cubos, ver una copa de vino o dos caras, etc).

La foto del vestido se produce exactamente ese tipo de ambigüedad en relación a la iluminación y el sombreado. Por lo tanto, los cerebros de las distintas personas harán distintas suposiciones e interpretarán el objeto como sobreexpuesto o subexpuesto. ¿Hay que corregir el brillo de la imagen, o corregir los colores debido a que están en sombra? Recordemos que el blanco tiende al azul en la sombra, de modo que nuestros cerebros pueden optar por corregir el azul como blanco, o corregir las partes doradas más oscuras del vestido llevándolas al negro.

Vestido completoConclusión

Este es un fenómeno viral divertido que deja una enseñanza útil. El debate acerca del color del vestido se debe a una ilusión óptica. No hay motivos por los cuales debamos sentirnos “asustados y confundidos”, esto es sólo algo acerca de cómo funcionan nuestros cerebros.

Quiero hacer hincapié que no se trata de un extraño caso aislado. Así trabaja nuestro cerebro todo el tiempo. Lo que percibimos es una ilusión, basada en algoritmos que hacen suposiciones razonables acerca de distancia, sombras, tamaño, movimiento y color de lo que percibimos. Pero son solo suposiciones, y por lo tanto pueden ser erróneas o engañosas.

Por cierto, parece que el vestido es objetivamente negro y azul, de modo que parece que el 72% de la gente está equivocada.

(N. del T.: Y eso es erróneo, yo tengo razón)

  1. No es un error de percepción ni un problema del cerebro, son las pícaras cámara digitales que se hacen las inteligentes. Cuando tomás la foto contra fondo muy claro la máquina supone que lo que está adelante está subexpuesto y lo aclara. En la foto de la izquierda se ve el vestido «blanco» corregido, tal como es en realidad sin la intervención del cerebro de la maquinita. En la de la derecha se ve lo que hizo.
    ¡Las máquinas digitales nunca suplantarán al diseñador!
    http://www.goldpack.com.ar/descargas/masclaro.jpg
    (si no se hace el link, copie y pegue en el navegador)

  2. Bueno, la explicación del artículo es correcta, pero en éste caso hay una explicación aún más simple, que depende de varios factores.

    El primero, es que los monitores tienen distintas calibraciones de brillo y temperatura de color. Salvo los más elementales, que vienen por defecto configurados de forma estándar, cualquier monitor tiene ajustes personalizables (yo, que trabajo con programas de edición de imágenes, suelo ser muy quisquilloso con el balance de blancos y demás, pero la mayoría de la gente ajusta como mucho el brillo, y no la temperatura de color.

    Esto hace que dependiendo del ordenador, predomine la dupla blanco-dorado o la azul-pardo (no me atrevo a llegar a tanto como negro).
    Además, las pantallas de LED, que son las que usan los portátiles y los móviles, tienen un rango angular de visión muy limitado. Es notorio que más allá de determinado ángulo máximo, la imagen se oscurece de manera notable, y los blancos rápidamente se convierten en azules y los dorados en pardo-negro. De modo que si vemos por primera vez esta imagen más «oscura», tenderemos a fijar la dupla azul-negro y nos costará modificar posteriormente la percepción inicial.

    Precisamente éste es otro de los rasgos distintivos de nuestro cerebro: así como priorizamos la «constancia de color» en términos de coherencia perceptual, tenemos mecanismos parecidos en materia cognitiva, de modo que tendemos a ser poco flexibles para modificar una percepción inicial aunque tenga grandes posibilidades de estar equivocada.

    Por último, el recorte de la imagen de marras (que ya he visto en distintas versiones) influye decisivamente en la percepción. En las que se ve mucho entorno sin recortar (que está notablemente sobreexpuesto), es mucho más fácil llegar a la conclusión de que se trata de blanco-dorado en sombra. Si en cambio, vemos por primera vez la imagen sin mucho entorno, tendremos muchos menos indicios de que el vestido está claramente subexpuesto, de modo que la tendencia a elegir el azul-negro es mucho más probable.

    Saludetes

  3. La explicación que involucra a monitores y cámaras digitales es secundaria y, para el caso, irrelevante, ya que el tema en cuestión es que sobre la misma foto (sobreexpuesta, retocada, con un monitor de 8 colores, lo que sea) la gente ve cosas distintas (incluso la misma persona, si se concentra). Explicaciones secundarias porque sólo explican algunas condiciones para que se dé la ilusión; y no del todo acertadas, en realidad, porque tienden a quitar la ambigüedad, que es lo que interesa aquí (si todo el mundo viera blanco-dorado esas explicaciones podrían valer, pero no es así). Lo mismo vale para la frase que está al principio del artículo (parafraseo): «el mundo es una construcción subjetiva de nuestros cerebros». De acuerdo. Pero lo interesante aquí es que esa construcción subjetiva no es uniforme. Nuevamente, la ambigüedad (la mayoría de las ilusiones ópticas son uniformes en lo que te «hacen creer»). Como sea, a mí el caso me disparó una extrapolación a las opiniones arraigadas que uno tiene (y la certeza con que las apoyamos), y la necesidad de tener la cabeza un poquito más abierta.

  4. Es interesante, también, analizar por qué tanta gente piensa que esto «es una boludez», como si se estuviera hablando de la última foto de la Xipolitakis. Pero eso ya es un costado más social-cultural que neurológico-evolutivo.

  5. Mi duda radica en algo que tiene que ver mucho con la prueba del supuesto vestido original. En la foto del vestido discutido no se ve ninguna transparencia en el área del pecho y en la imagen de stock sí. ¿Cómo explicamos esto?
    Otra cosa ese mismo vestido viene además en rojo y blanco ¿Por qué no puede ser el blanco con visto a través de un filtro o una cámara pésima?
    Finalmente esta lleno de ropa de imitación que usa el mismo patrón y reproduce ropa con diferentes colores, telas y materiales, lo que explicaría el porque de la falta de transparencia en uno.
    No estoy discutiendo el color del vestido en sí, lo que estoy diciendo es que si recurrimos a la prueba de la comprobación empírica habría que hacerlo con el vestido con el cual la foto fue tomada y no una imagen de una tienda.

  6. Entiendo que lo importante (en cuanto ilusión óptica) es justamente el color del vestido y el juego de luz que captura la foto. Nuevamente, no importa si es una mala foto (sobreexpuesta), una mala cámara o si tiene decenas de filtros. Lo que importa es que, como fuere, se logró una ilusión óptica, que consiste en: 1) que un objeto se ve de un color diferente del que tiene en realidad. Pero si sólo fuera eso, valdrían todas las objeciones de los comentarios, lo curioso acá es: 2) esa misma foto, en una misma pantalla, es vista en colores diferentes por gente diferente. Hay muchas ilusiones ópticas que muestran dos «posibilidades», y por lo general la persona ve solo una, lo raro es que involucren colores, por un lado, y por otro, que sea una foto y no un diseño realizado específicamente.
    Ahora, mi pregunta (para un neurólogo) es: a los que ven el vestido azul y negro (como es en realidad) ¿les funciona mejor el cerebro, o en ambos casos hay ilusión óptica y «corrección» por parte del cerebro, solo que una resulta que es acertada?

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El que prescribe

Alejandro Agostinelli, editor de este blog, es periodista desde 1982.

Fue redactor de las revistas Conozca Más, MisteriosEnciclopedia Popular Magazine Gente, y de los diarios La prensaPágina/12. Fue uno de los impulsores de la Fundación CAIRP y escribió y asesoró a la revista El Ojo Escéptico. También fue productor de televisión en Canal 9 y América TV. Fue secretario de redacción de las revistas de divulgación científica Descubrir NEO y fue editor de una docena de colecciones de infomagazines para la revista Noticias y otras de Editorial Perfil. Últimamente ha colaborado en las revistas Pensar, publicada por el Center For Inquiry Argentina (CFI / Argentina), El Escéptico y Newsweek.

Fue creador del sitio Dios! (2002-2004) y del blog Magia crítica. Crónicas y meditaciones en la sociedad de las creencias ilimitadas (2009-2010). Es autor de Invasores. Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Random House, 2009).

Asesoró a Incoming, el noticiero de Canal Infinito (2009-2011) y escribió la columna Ciencia Bruja en Yahoo! Argentina y Yahoo! español (2010-2012). Asesoró a las productoras SnapTv y Nippur Media en la producción de documentales históricos y científicos para NatGeo (2011-2013).

Contacto: aagostinelli@gmail.com
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