Hace 22 años desencarnaba una señora que, sin querer, tuvo enorme influencia en la dirección de un estudio pionero sobre la psico-sociología de los grupos religiosos. Las profecías, y las acciones realizadas en nombre de ellas, de la contactada platillista Dorothy Martin (o «Sister Thedra») le permitieron a Leon Festinger y sus colegas escribir “When Prophecy Fails” (1956), un trabajo de investigación que sentó las bases para estudios de observación participante, desarrolló el concepto de Disonancia Cognitiva y fue –como escribe Jerome Clark, autor de la nota que publicamos a continuación– “lo más cercano a una novela cómica que un tratado de sociología puede llegar a ser”.
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El sábado 13 de junio de 1992, una anciana de 92 años muy enferma falleció tranquilamente mientras un grupo pequeño de seguidores se congregaba junto a su lecho de muerte. Aunque el óbito pasó desapercibido para el resto del mundo, era el punto final de una vida nada convencional.
Durante un periodo de tres o cuatro meses allá por 1954, el mundo sí había prestado atención, y ella se había convertido en la figura central de un libro famoso y de gran influencia, “When Prophecy Fails” (Cuando la profecía falla, 1956) escrito por tres sociólogos de la Universidad de Minnesota. Sin embargo, en el libro ocultaron su identidad bajo el pseudónimo de “Marian Keech”, situándola en algún lugar denominado “Lake City”, lo que llevaría a no pocas confusiones. Muchos de sus lectores y comentaristas, que no sabían sobre ella nada más que lo descrito en el libro, asumieron que Keech era su verdadero nombre, y uno de ellos incluso llegó a creer que la ficticia Lake City era nada menos que la real Salt Lake City (Utah).
En realidad, el nombre de la mujer era Dorothy Martin, Lake City era Chicago, y ella se encontraba viviendo en el suburbio de Oak Park a principios de 1953 cuando se despertó con una sensación de hormigueo en el brazo. Cogió un lápiz y empezó a escribir la primera de las que eventualmente llegarían a convertirse en muchos miles de comunicaciones realizadas bajo escritura automática, procedentes de ciudadanos cósmicos. Entre ellos, el más importante sería Sananda (Jesús en una encarnación previa en nuestro planeta) procedente del paradisíaco planeta Clarion.
Esto no surgió de la nada. La Sra. Martín, llevaba ya mucho tiempo inmersa en todo lo esotérico y siguiendo de cerca el emergente movimiento contactista. “Clarion” fue reciclado por su mente inconsciente a partir de las declaraciones de Truman Bethurum, amigo personal de la mujer más bella de ese planeta, Aura Rhanes.
En cualquier caso, conforme sus escritos empezaron a circular entre los iniciados, ella conoció a una pareja de East Lansing, Charles y Lillian Laughead (“Thomas” y “Daisy Armstrong” en el libro). Laughead, médico en el hospital del Michigan State College, y su mujer, antiguos misioneros, eran creyentes metafísicos de una credulidad ilimitada.
El Dr. Laughead se había ya relacionado con el contactado George Adamski durante un viaje que hizo al sur de California, trayendo de vuelta algunos dibujos de las huellas que había dejado en el desierto el visitante venusiano de Adamski. La Sra. Laughead pasaría los meses siguientes “traduciendo” las enigmáticas marcas encontradas en las suelas de las botas del extraterrestre. Ella dedujo que se trataba de representaciones simbólicas de un inminente cataclismo geofísico.
De forma independiente, Martín estaba recibiendo mensajes igualmente preocupantes. Ella y los Laughead empezaron una correspondencia, y ya a finales de Junio de 1954 tuvieron ocasión de conocerse personalmente. Entonces supieron que el desastre tendría lugar el 21 de Diciembre de 1954, iniciado por una gigantesca ola de marea que, vaciando el lago Michigan, inundaría Chicago poniendo en marcha cambios que matarían a millones de personas y alterarían la faz del planeta. Pero aquellos que “escucharan y creyeran” los mensajes de Martin serían salvados. Un platillo volador se los llevaría al espacio en el último momento.
Durante los meses siguientes, Martin, los Laughead y un pequeño grupo de creyentes (incluyendo, como luego veremos, un puñado de pseudo-creyentes) se prepararon para los terribles acontecimientos que se aproximaban.
Un periódico de Chicago no tardó en enterarse de la existencia del grupo, y pronto todos los periódicos del país se llenaron de historias ribeteadas de burlas. En Noviembre el Dr. Laughead fue despedido de su trabajo, y durante el siguiente mes su hermana lo obligó a someterse a una auditoria mental (se le dictaminó como “normal”) y trató de obtener la custodia de los hijos de la pareja. Mientras tanto, temiendo que pudiera ser internada en un manicomio después de que el profetizado desastre y aterrizaje no tuviese lugar, Martin huyó hacia el Sudoeste.
Tras el fracaso de la profecía, la mayoría de los seguidores se desbandaron. Cinco declararon que se habían infiltrado en el grupo como científicos sociales para observar su vida interna. Sus informes de la dinámica grupal forman el núcleo de “When Prophecy Fails”, un entretenido y maravilloso libro, lo más cercano a una novela cómica que un tratado de sociología puede llegar a ser. Sin embargo, sólo cuenta una pequeña parte de la historia de Dorothy Martín. Las notas bajo escritura automática y los mensajes apocalípticos de Sananda y otros seres del espacio prosiguieron a un ritmo frenético. Le indicaban que viajase hasta el lago Titicaca, en la frontera entre Perú y Bolivia. Martin, conocida ahora como “Hermana Thedra” (el nombre que Sananda le había dado) estableció allí la Abadía de los Siete Rayos. Entre el resto de peregrinos fundadores estaban los incansables Laughead y el contactado y pseudo-arqueólogo George Hunt Williamson. Todos esperaron de nuevo esos cambios cataclísmicos que harían descender a los platillos volantes del cielo y resurgir los continentes de Mu y la Atlántida desde las profundidades oceánicas.
A fines de 1957, la mayoría había vuelto a los EE.UU., pero Martín siguió allí, sufriendo pobreza y penas. Durante sus ataques de éxtasis recibía la visita de seres espaciales, ángeles y personajes de la Biblia que le profetizaban que ella traería al mundo al siguiente Salvador. Tras nacer en 1963, se revelaría al mundo en 1975 realizando “los milagros más maravillosos que el mundo nunca habría visto”.
En 1961 Sananda le ordenó volver al sur de California. Al año siguiente se trasladaría al norte del estado, al monte Shasta, un lugar clave en la tradición ocultista. Allí creó la Asociación de Sananda y Sanat Kumara, que recopilaba y distribuía las enseñanzas de los maestros cósmicos. La asociación (que todavía existe) explica: “Estas transcripciones representan una profecía minuciosa de los sucesos y cambios por los que pasarán tanto nuestro planeta como la conciencia del ser humano en los próximos
tiempos… la “Era del Despertar”. Pronto, según la profecía, la gente del espacio llegará en la “Estrella Blanca del Este”, la misma nave que anunció el nacimiento de Sananda/Jesús hace 2.000 años.
Actuando de nuevo bajo la guía de Sananda, la Hermana Thedra trasladó sus operaciones a Sedona, Arizona, en 1988. Conforme su salud (nunca demasiado buena) se deterioraba, Sananda le revelaba sus planes para con ella en el nuevo mundo. Justo antes de su muerte, su mano guió la pluma con el mensaje final de su amado mentor espiritual: “Es llegado el momento de que abandones el lugar donde habitas… Así sea, ¡porque muchos te recibirán con gritos de alegría! Así sea, no más dolor”.
Primera publicación: Fortean Times Nº 117, Diciembre de 1998.
Traducción: Luis R. González Manso.
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«Les prophéties insubmersibles» El doctor en Economía Thibault Le Texier propuso en Junio de 2013 filmar una ficción basada en la historia de Dorothy Martin.