Los dinosaurios se resisten a desaparecer

El jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, afirmó que el Homo sapiens logró derrotar a los dinosaurios cuando comenzó a organizarse políticamente. Las despampanantes burradas del funcionario, que estudió en prestigiosas –y carísimas– universidades privadas, podría tener relación con el cine fantástico, la pseudociencia y la ignorancia. Pero también con la estrategia del asesor de imagen de Presidencia de la Nación, Jaime Durán Barba.

“Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.”
– Augusto Monterroso (1921-2003)

Ciertas polémicas parecen extintas, pero cuando alguna circunstancia inesperada las revive, es un signo de salud cultural aprovecharlas con el doble propósito de comprender el mundo donde vivimos y separar conocimientos truchos de genuinos o, al menos, mejor verificados.

Una de las afirmaciones extraordinarias que vuelve cada tanto es la pretendida coexistencia de humanos con dinosaurios.

Es una polémica real, que no tiene tanto que ver con las metidas de pata de personas poco instruidas sino que ha formado parte de la cultura de masas desde mitad del siglo pasado. El llamado danikenismo, la teoría de los Antiguos Astronautas y sus conexiones con la literatura fantástica del siglo XIX y comienzos del siglo XX, el mito ocultista de las civilizaciones desaparecidas y los avances inauditos de culturas ancestrales, estaban en la agenda de los autores que pretendieron reunir al hombre con los dinosaurios. Entre los años sesenta y setenta fue tema de películas, documentales y best sellers, sin contar las ocasiones en que el debate resurgió en clave de humor involuntario, como cuando Susana Giménez le preguntó a una invitada, con genuina perplejidad, si había traído “un dinosaurio vivo” desde la Patagonia.

Susana Giménez y los dinosaurios vivios, 1993.

Ahora actualizó la cuestión el jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta. El jueves 3 de agosto, durante el XIII Congreso de la Sociedad Argentina de Análisis Político y 3º Congreso Nacional de Ciencia Política, que tiene lugar en la Universidad Torcuato Di Tella, el intendente propuso que el hombre logró derrotar a los dinosaurios gracias a la “acción colectiva” y la forma de organización que permite “manejar el mundo”, la política.

Palabra por palabra, el funcionario porteño dijo: “Acabo de terminar un libro fantástico, que recomiendo mucho, que se llama ‘Homo sapiens, de animales a dioses’, que muestra cómo el Homo sapiens, o sea, nuestra especie, se quedó con el manejo del mundo, proceso que empezó hace 200 mil años, simplemente porque tuvo…. no era la especie más fuerte, no era la especie más longeva, no era la más se reproducía, no era la que tenía mayor cantidad, pero fue la especie que hizo la diferencia porque logró generar acción colectiva, y eso es la política. Un Homo sapiens encontró un dinosaurio, se lo comía, uno contra dos, también, uno contra veinte y también se lo comía el dinosaurio, ahora, cuando los veinte se organizaban, mataban al dinosaurio. Por eso hoy el ser humano es quien maneja al mundo. Por la política”.

Rodríguez Larreta, economista de la Universidad de Buenos Aires y máster en Administración de Empresas de la Universidad de Harvard, se estaba refiriendo a Sapiens: De animales a dioses: Una breve historia de la humanidad (Debate, 2014), escrito por el historiador israelí Yuval Noah Harari. El autor desmiente desde la introducción a Rodríguez Larreta. El Homo sapiens, escribe, apareció hace 200 mil años, cuando ya habían pasado 65 millones de años desde que los dinosaurios desaparecieron de la faz de la Tierra. (Link a charla TED de Harari).

DINO NO CONVIVIÓ CON PEDRO, HIJO
Pese a que el funcionario parecía estar hablando de otro libro, existen motivos para conjeturar que, si no leyó una sola página, tiene sentido que alguien se lo recomendara. La obra de Harari, quien visitó Buenos Aires el año pasado, aborda temas cercanos al Pro, como las relaciones entre el poder, la felicidad y la construcción de ficciones colectivas que se confunden con la realidad. “Sapiens: De animales a dioses” se tradujo a 30 idiomas y vendió más de 300 mil ejemplares.

¿Acaso Rodríguez Larreta es un creacionista “tapado”?

No está documentado que una pareja de dinosaurios jóvenes llegasen a refugiarse en el Arca de Noé. Pero así lo creen John D. Morris, presidente del Instituto de Investigación de la Creación y otros partidarios del “diseño inteligente”, como denominan ahora al Creacionismo para borrar una distancia, que no tiene, con la teología.

Pero tampoco es cierto que los dinosaurios se hayan extinguido del todo. Ahí tenemos el colibrí o el gorrión, los parientes vivos más cercanos de los dinosaurios, para confirmarlo.

Con todo, el Homo sapiens no “hizo diferencia” luchando contra pájaros, si fue eso lo que quiso aventurar el líder de Cambiemos. Tampoco existe la menor sombra de duda respecto de las vidas independientes –esto es, separadas por un abismo de millones de años– entre aquellos “lagartos terribles” y nuestra especie, motivo suficiente para descartar que el hombre estuviese entre las causas de su desaparición.

La afirmación de Rodríguez Larreta tampoco estaría cerca de la verdad si hubiese confundido al Homo sapiens con el Australopithecus, un género de primates homínidos bípedos que vivió hace 4 millones de años, o los primeros homínidos que surgieron en África, hace 6 millones de años.

DINOSAURIOS ON THE ROCKS
Difícilmente Rodríguez Larreta vuelva a tocar el tema, pero valdría la pena determinar si hojeó el libro de Harari, un asesor le leyó un resumen Leru durante el desayuno, lo mezcló con lecturas de Erich von Däniken o J.J. Benítez o si el fin de semana se indigestó con pochoclo revisitando clásicos del género fantástico, como “Hace un millón de años a. C.” (Don Chaffey, 1966), donde Raquel Welch lució la primera bikini de piel de la historia o “Cuando los dinosaurios dominaban la Tierra” (Val Guest, 1970), dos películas donde, entre infinidad de licencias históricas, hombres y mujeres son perseguidos, combaten o terminan dentro de las fauces de dinosaurios de toda laya.


Raquel Welch en “Hace un millón de años a. C.” (Don Chaffey, 1966)

Figura de Acámbaro. México, 1945.

Los dinosaurios y los humanos nunca convivieron, y también podemos rastrear la vigencia de lo contrario entre la literatura pseudocientífica que comenzó a circular a mediados del siglo XX.
En los años sesenta se instaló una gran discusión entre los arqueólogos mexicanos a partir del presunto descubrimiento por parte del ferretero aficionado a las antigüedades y al esoterismo, Waldemar R.L. Julsrud. Aseguró haber desenterrado de una excavación miles y miles de objetos de cerámica, conocidos como las figuras de Acámbaro, parte de las cuales representaban dinosaurios. Las piezas ni siquiera eran réplicas de criaturas reconocibles (salvo Dino, el dinosaurio de los Picapiedras). Según los investigadores, eran artesanías, falsificaciones contemporáneas elaboradas por quienes le cobraban a Julsrud por desenterrarlas. El hallazgo cobró vuelo cuando fue detectado por escritores ocultistas, tal fue el caso de un colaborador de la revista Fate, en 1952, y del francés Robert Charroux, en su libro “El enigma de los Andes”, en 1976.

El ingeniero Luis Ruiz Noguez, quien hizo un gran aporte para la “extinción cultural” de los dinosaurios de Acámbaro, considera que un fraude posterior fue inspirado por las estatuillas que coleccionaba el bueno de Julsrud. Fue el caso de las Piedras de Ica, cerca de Lima, Perú. Se trataba de unas rocas de canto rodado con paisajes del Mesozoico donde aparecían hombres cazando dinosaurios dinosaurios pertenecientes a diferentes periodos geológicos, indígenas mirando a través de telescopios, escenas de quirófanos con cirugías a “cerebro abierto”, o mapas teosóficos que mostraban “los continentes perdidos de la Atlántida y Lemuria”.

El llamado misterio de las Piedras de Ica se dio a conocer en 1966, el mismo año que estrenó “Hace un millón de años a. C.”, y cuando revistas de todo el mundo mostraban los trasplantes de corazón realizados por el doctor Cristiaan Barnard.

Hombres Vs Dinosaurios en Ica, Perú, 1966.

El enigma de Ica fue recogido por Charroux, encargado de revelar la insólita aventura de Javier Cabrera, un médico peruano que quedó fascinado con una primera piedra ilustrada con un presunto pterosaurio, regalo de un amigo, quien le señaló como punto de procedencia el vecino pueblo de Ocucaje, donde le conseguían las piezas, de las que reunió y clasificó unas 15 mil. En 1975, su principal proveedor, un campesino llamado Basilio Uchuya, reconoció que le había vendido a Cabrera un buzón: él era uno de los tantos artesanos que decoraba las piedras con motivos alegóricos, que en su caso copiaba de revistas de actualidad.

Cuando el campesino todavía no había confesado, técnicos del Instituto de Ciencias Geológicas de Londres estudiaron una roca que Cabrera había donado a la BBC en 1996 y determinaron que sus grabados no solo eran contemporáneos sino que habían sido labrados con “lijas, sierras y ácidos”. Embetunadas y tuneadas para el turismo, las piedras del desierto peruano son un simpático antecedente de otros “misterios a la carta”, como los círculos de cereal, que comenzaron a propagarse en los campos de Inglaterra a fines de los 80.

MÁS ALLÁ DEL PAPELÓN
Este racconto de la distancia que separa al hombre de los dinosaurios no solo pone en perspectiva la dimensión del dislate de Rodriguez Larreta. Nos lleva a una segunda pregunta: ¿Cuán saludable puede ser la concepción política de un dirigente que, cuando se jactó de poseer unos conocimientos que nunca podían estar en el libro que citó, ni en ninguna otra parte, demostró tener una cara más dura que las Piedras de Ica?

El funcionario la Ciudad no estaba dando un reportaje radial semidormido, hablaba en el auditorio de la Universidad Torcuato Di Tella.

La cáscara de seudo erudición que resultó ser la referencia bibliográfica, sus falsas precisiones basadas en un relato inventado o la pretensión de estar redescubriendo la definición del concepto “acción política”, cuando, en realidad, solo pretendía enmascarar una sarasa mal avenida, representa una angustiante señal de cinismo: no me interesa lo que digas, lo importante es ganar y sonreír mientras me dejás meter la mano en tu bolsillo.

Aquella enfática burrada también revela que este, el gobierno que nos merecimos, no sigue principios de la “acción política”, como podría hacer creer el pomposo Larreta, sino por la visión de la propaganda política del asesor Durán Barba. Es un “daño colateral” de una estrategia de marketing que exige eludir la realidad, hacer la plancha y hablar de “cualquier cosa” menos de los problemas que sufre la sociedad y, mucho menos, de propuestas sinceras sobre cómo solucionarlos.

Y así llegamos a la política según Larreta: matar tiranosaurios a garrotazos.

Primera publicación: 4 agosto de 2017, Socompa. Periodismo de Frontera.

  1. Larretasaurio. El juego de Lucía.

    Lucía no cumplió cinco años y, a diferencia de Antonia, no recibió de regalo un pinar entero, apenas algunas macetitas con plantas del jardín de uno de sus abuelos. Lo que sí tiene es la colección entera de dinosaurios que produjo una empresa hispano italiana con sede en Barcelona y distribuida en la Argentina por uno de los diarios de mayor tirada. Se la regalan, quincena a quincena, sus otros abuelos.
    Le encantan y juega y cuenta historias y sabe que “los que comen carne son los carnívoros y si comen hojas son herbívoros y también están los omnívoros”. Como sus primos lo hicieron hace años de la mano de Parque Jurásico y, de nuevo, de sus abuelos fanáticos amateurs de velociraptors, argentinosaurios y del no menos patagónico titanosuario, la pequeña juega y aprende.

    Cuenta qué es un fósil y se deleita al silabear “meteorito”, probable causante de la extinción de aquel mundo. Y, más o menos sabe, como dice la publicidad de la colección, que “Hace millones y millones de años, en la ÉPOCA DE LOS DINOSAURIOS, vivían animales gigantescos: el brontosaurio, el tiranosaurio, el triceratops, el estegosaurio…” Fue descubriendo también “cómo vivían, qué comían, cómo se defendían y cómo cuidaban a sus crías”.
    Así las cosas, más de un año después de comenzada la incorporación de más y más libritos y de decenas de muñecos que reproducen a aquellos gigantes, llegó el N° 34…

    Sabrá la trasnacional de obras coleccionables -uno de los grupos multimedia y comunicación más fuertes del planeta- porqué se le ocurrió mechar en la serie especímenes que habitaron la Tierra entre 208 y 65 millones de años atrás, con “papá+mamá humana”, seres que hicieron su entrada en el escenario, como máximo, hace 40.000 años. Debería saber también que su decisión comercial le generó problemas de comprensión a la niña del relato y… al jefe de Gobierno de una capital Latinoamericana.
    En resumen:
    – Dinos: más de 65.000.000 de años
    – Sapiens: (como máximo) 40.000 años
    – Diferencia: 64.960.000 de años entre la extinción de los primeros y la aparición de los segundos
    Por si aún no se entendió:

    Para la Lucía de nuestro cuento fue un golpe saber que los deliciosos muñequitos de “personas” que acababan de caer en sus manos jamás hubiesen podido montarse en un diplodoco bebé, “hervíboro” por cierto, ni tendrían que haberse escapado del garfio del “carnotauro” (se usan comillas porque así los denominó). Obvio, es una nenita y, sobre todo, no está encargada de administrar una de las megalópolis más grandes y con mayor PBI per cápita del mundo como es la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por lo tanto los superpone, es decir, ¡se divierte!

    Sin embargo, el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, no tuvo la suerte de la nena, o no vio Jurasic Park, o los abuelos, más bien sus hijas mayores, Manuela y Paloma, no resultaron afectas al dinomundo como para frenarlo a tiempo, y aseguró durante la apertura del 13º Congreso Nacional de Ciencia Política que el homo sapiens se enfrentó a los dinosaurios…, que se habían extinguido 65 millones de años antes de su aparición de los bípedos que empezaban a pensar. Quizá Serena Vida, la criatura que su esposa dio a luz en enero de 2016 tenga la suerte de engancharse con los animalitos descomunales del mesozoico y logre sacarlo de ese mundo solo habitado, al menos en la Argentina, por Susana Giménez.
    La desopilante teoría del lord porteño, en realidad, no fue más que una más de las prácticas orientadas por Jaime Durán Barba: decir cualquier cosa con tal de no decir nada, o todo lo contrario. Larreta –dijo- acababa de leer un “libro fantástico” que muestra “cómo el homo sapiens, es decir nuestra especie, se quedó con el manejo del mundo… un proceso que comenzó hace 200 mil años. No era la especie más fuerte, ni la más longeva, ni la que más se reproducía, pero fue la especie que logró la diferencia por lograr generar acción colectiva, y eso es la política”.
    Tal vez algo de razón tenga; la política del PRO, su partido, es cavernaria.
    Carlos A. Villalba

  2. Hola Carlos, excelente! Muchas gracias. Solo señalar que el inicio del Homo Sapiens, que hasta ahora se fechaba en unos 200 mil años, ahora, por un estudio publicado en Nature basado en restos hallados en Marruecos, tendría en realidad una antigüedad de entre 300.000 y 350.000 años.

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El que prescribe

Alejandro Agostinelli, editor de este blog, es periodista desde 1982.

Fue redactor de las revistas Conozca Más, MisteriosEnciclopedia Popular Magazine Gente, y de los diarios La prensaPágina/12. Fue uno de los impulsores de la Fundación CAIRP y escribió y asesoró a la revista El Ojo Escéptico. También fue productor de televisión en Canal 9 y América TV. Fue secretario de redacción de las revistas de divulgación científica Descubrir NEO y fue editor de una docena de colecciones de infomagazines para la revista Noticias y otras de Editorial Perfil. Últimamente ha colaborado en las revistas Pensar, publicada por el Center For Inquiry Argentina (CFI / Argentina), El Escéptico y Newsweek.

Fue creador del sitio Dios! (2002-2004) y del blog Magia crítica. Crónicas y meditaciones en la sociedad de las creencias ilimitadas (2009-2010). Es autor de Invasores. Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Random House, 2009).

Asesoró a Incoming, el noticiero de Canal Infinito (2009-2011) y escribió la columna Ciencia Bruja en Yahoo! Argentina y Yahoo! español (2010-2012). Asesoró a las productoras SnapTv y Nippur Media en la producción de documentales históricos y científicos para NatGeo (2011-2013).

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