
Como se advierte en el video, el teniente de la Policía John Pike, parte de la custodia de Katehi, lanzó el agente químico a muy corta distancia, directo en la cara de los jóvenes. La funcionaria respondió que “se estaba formando un grupo de trabajo para investigar la actuación de la policía”, aunque admitió que las imágenes que muestra el vídeo son “escalofriantes”. (Lo que pensaba en realidad: «si tuviese que actuar a partir de lo que ví, ese tipo debe ir preso ya mismo, pero como no tengo la menor interés de ponerme a la policía en contra, digo que voy a investigar para ganar tiempo»). Horas después los policías fueron suspendidos en sus cargos.

Seguramente estos episodios «marginales» no se mantendrán mucho tiempo en los medios. Pero la represión policial seguirá, por eso seguirá siendo tema de debate. La pregunta que sigue es: si actos casi simbólicos de desobediencia civil no violentos merecen vaciar litros de aerosol de pimienta sobre el rostro de los manifestantes, ¿qué sucederá mañana, si la temperatura de la juventud norteamericana sigue en ascenso? ¿Serán fusilados, o enviados a Guantánamo junto a otros sospechosos de terrorismo? ¿Acaso estas escenas no son figuritas repetidas, postales de lo que sucede cuando el poder aprieta el pomo allí donde brotan focos de resistencia?
California University Puts Officers Who Used Pepper Spray on Leave









