Gran noticia: el astrofísico Neil deGrasse Tyson pondrá de moda a la ciencia (en el mejor sentido de la expresión) gracias a una alianza entre Ann Druyan, la cadena Fox, la National Geographic y el productor Seth McFarlane. El genial científico neoyorquino conducirá la secuela de «Cosmos», la serie de 13 documentales creada por Carl Sagan y que cambió a varias generaciones la manera de pensar la ciencia y su lugar en el mundo (leer la noticia completa en Ciencia bruja).
Mientras esperamos “Cosmos: Una odisea del espacio-tiempo”, como se llamará la segunda parte (que también constará de 13 episodios), disfrutemos de un par de fragmentos de una conferencia que dio Tyson sobre el llamado «Diseño Inteligente» en el pensamiento de grandes científicos de la historia. Explica por qué no debe ser subestimado el papel que cumple esta concepción religiosa en la enseñanza, sobre todo porque incluso entre un gran porcentaje de los científicos contemporáneos estas creencias coexisten con sus ideas sobre la biología, la física y el funcionamiento de la naturaleza.
“Lo que ahora me preocupa es que, incluso si eres tan brillante como Newton, llegas al punto donde los descubrimientos se detienen al empezar a deleitarte en la majestuosidad de dios. Simplemente se detienen, ya no eres útil para sobrepasar esa frontera. Esperando a que alguien que no tiene a dios en la cabeza llegue después de ti y diga ‘Este problema me encanta, quiero resolverlo’», escucharemos decir a Tyson.
Esta conferencia me recordó un cordial debate que mantuve con Mario Bunge y otros sobre el diseño inteligente en la revista Pensar, donde algunos lectores casi me comen crudo por señalar una idea parecida (tal vez porque fui poco claro) en mi artículo «El horizonte de un racionalismo productivo«. También recordé un libro fascinante llamado «La religión de la tecnología», por David R. Noble, que comenté aquí.
Menciono estos links para facilitar nuevas vías de exploración a los interesados en pensar sobre el papel que debe jugar la educación científica ante el «creacionismo científico», en cómo medir el impacto de la influencia de las creencias religiosas en la ciencia y en la cultura y en la idea del ateísmo como «fuente suprema de sabiduría».
Dejo el enlace a unos comentarios que escribí hace varios años sobre el libro de Carl Sagan, El mundo y sus demonios, publicado en RAPP (Revista Argentina de Psicología Paranormal) Vol 9., Nro 1 (Abril 1998), pp. 137-138. Es un archivo en PDF que se descarga desde aquí.