Mi hermano Paulo que es músico y, a esta altura, más catalán que Joan Manuel Serrat; un ex cuñado que volví a ver en la cola de un cajero en Carrefour; uno de mis mejores amigos me da el santo y seña mientras me acepta un mate; otro amigo me lo pregunta por mail y cuando digo No, la guarda en un devedé y la manda en moto desde su oficina; la señora que hablaba con otra atrás, en el asiento del colectivo. Todos me hablan, me acosan y me buscan para hablar de lo mismo. De Zeitgeist, una expresión alemana que quiere decir «el espíritu de una época», pero que en este caso es una trilogía. Tres películas, con formato documental, que siempre dejé para más adelante y nunca tuve suficientes ganas de ver.
La cosa es que desde entonces me he sentido en falta.
En 2007, intenté ver “la primera” Zeitgeist. El desarrollo del guión, los argumentos con que pretendían denunciar las religiones se me antojaron de una ingenuidad pasmosa, y su mitología parecía tan equívoca que me desanimé enseguida.
No terminé de ver el film, pese a que «el espíritu de la época» me empujaba a verlo.
Por primera vez, como ahora, todos me querían hablar de Zeitgeist. A veces, todos al mismo tiempo. No la vi ni con todo ese reclamo unánime, soplando a favor. No tuve tiempo de pensar, pronto salió la segunda parte. Que tampoco ví.
Es trágico.
Seguí sintiéndome en falta.
CRÓNICA DE UN PREJUICIO. No bien supe que su realizador, Peter Joseph, adhería a una conspiranoia de barricada para “explicar” los atentados del 11-S, el morbo se encendió una vez más. Pero ni así: era muy efectivo contestar no haber visto la película para sacarme de encima a los fans más radicales, y no solo suspender el acoso sino hasta su interés en mi persona.
Pasaron cuatro años y nada parece haber cambiado. Perdón, algo sí ha cambiado. Ahora, los aficionados a Zeitgeist parecen estar más organizados, casi diría que constituyen el más apolítico de todos los grupos políticos que conozco (aunque entre ellos se crucen acusaciones de derecha a izquierda). Ya no solo preguntan si hemos visto “la última”. Ahora, se presentan como activistas de El Movimiento Zeitgeist Argentina y me invitan al Zday, una jornada de reflexión sobre no sé cuántas cosas que tienen poca ilación en el Bauen y me envían enlaces a videos que nunca llego a ver.
Excepcionalmente, mi gran amigo Carolus, fiel lector de este blog, me acerca un dato que yo sabía que existía, pero que había perdido: el enlace al sitio de los españoles que pelaron infinita cantidad de horas-traste viendo el ciclo, análizándolo, verificando sus afirmaciones en muy diversas fuentes y hoy tienen algo importante, que no son las consabidas loas, para decir sobre Zeitgeist.
Ellos han creado lo que es, sin duda, la mayor enciclopedia crítica de Zeitgeist en español disponible en Internet. Es un verdadero catálogo de ideas de dónde abrevar para reflexionar sobre la mentalidad conspirativa. Aquí hallarás el índice de artículos.
Los invito a recorrer el blog de Natsufan. Ninguna de las grandes afirmaciones que hace la trilogía Zeitgeist parece haber sido dejada de lado.
Mi consejo es comenzar a «picar» desde aquí. Que lo disfruten.
Alejandro Agostinelli, editor de este blog, es periodista desde 1982.
Fue redactor de las revistas Conozca Más, Misterios, Enciclopedia Popular Magazine y Gente, y de los diarios La prensa y Página/12. Fue uno de los impulsores de la Fundación CAIRP y escribió y asesoró a la revista El Ojo Escéptico. También fue productor de televisión en Canal 9 y América TV. Fue secretario de redacción de las revistas de divulgación científica Descubrir y NEOy fue editor de una docena de colecciones de infomagazines para la revista Noticiasy otras de Editorial Perfil. Últimamente ha colaborado en las revistas Pensar, publicada por el Center For Inquiry Argentina (CFI / Argentina), El Escéptico y Newsweek.