«El único planeta verdaderamente alienígena es la Tierra.»
J. Ballard (1930-2009)
Científicos que trabajan en el programa de la sonda Kepler de la NASA acaban de descubrir un nuevo sistema solar formado por seis planetas que giran en torno a una estrella muy parecida al Sol, Kepler-11.
El último trofeo del proyecto de búsqueda de exoplanetas se ha orientado hacia la constelacion del Cisne, a unos 2.000 años luz de Mataderos. Tres de sus planetas, por lo que dicen las noticias, son enormes, masivos como Neptuno y Urano; los otros, en cambio, son más ligeros y raros, diferentes de otros cuerpos celestes conocidos. Los seis mundos del sistema, ubicados en la llamada «zona habitable», podrían contener agua. Aún así, el paisaje de cualquiera de estos planetas ni siquiera se puede concebir como la sombra de una conjetura: especular sería un capricho artístico, sin duda hermoso pero inútil para la ciencia.
Sí podemos celebrar una coincidencia. La Foto del Día que hoy presenta la NASA parece parte de un ensueño geográfico extraterrestre.
«El cielo matinal puede ofrecer una serena combinación de serenidad y surrealismo», dice el epígrafe de la foto, tomada por David Kaplan en el amanecer del domingo pasado. El autor del texto se quedó corto. Si la agrandás con un click, vas a entender por qué Kaplan tituló a la foto “La Luna y Venus sobre Suiza”.
En la fotografía no parece haber rastros de inteligencia humana, salvo un par de casitas. Si miramos con atención veremos algunos signos más de actividad tecnológica. Bajo las nubes, el sistema eléctrico del pueblo de Trübbach, tal como fue registrado desde la Suiza oriental, funciona sin novedad. Un poco más lejos vemos una montaña cubierta de nieve, Mittlerspitz (en la parte superior, a la izquierda) se avalanza sobre el pueblito de Balzers. Y, en el extremo derecho, están las cumbres de los Alpes bajo el sol naciente. Más arriba, también a la derecha, alcanzamos a ver la Luna y Venus. (El epígrafe de la NASA dice “Luna creciente”, cuando nuestro satélite, en realidad, está en su fase menguante).
Final abrupto: J. Ballard también es autor de otro dialoguito (tomado de El imperio del Sol, 1984).
– ¿Has visto la bomba atómica?
– Durante un minuto entero, Basie. Una luz blanca, más fuerte que el sol, cubrió Shangai.
Supongo que Dios quería ver todo.