Dios no es cosmopolita. Dice que ama a la celeste y blanca. Poderoso y mágico, virtuoso e invisible, Él se pasea lo más orondo por las canchas mundialistas, con su pecho hinchado de galaxias, asteroides y birra. Orgulloso de Ser Argentino.
Por más que Dios crea en nosotros, Young & Rubicam apuesta a que los argentinos creen más en Él que en la Selección. Y Él nada, Él prefiere Quilmes.