En esta entrevista de 1998, titulada Betty, la abuela de todos los abducidos, Peter Brookesmith habla con la primera “abducida” sobre detalles hasta entonces inéditos sobre la experiencia que vivió en la noche del 19 al 20 de setiembre de 1961. También opina sobre la hipnósis para revivir presuntos casos de rapto: “Yo puedo darte una abducción en 20 minutos”, dijo. El informe se completa con una entrevista a Betty Hill publicada en Youtube realizada por el folclorista John Horrigan en octubre de 1999, en su casa en Portsmouth, New Hampshire. Sólo fue difundido en octubre de 2009. Betty falleció en 2004 y estos testimonios son piezas clave en la construcción del mitología de los raptados por ETs.
Las fuertes opiniones de Betty Hill sobre el moderno fenómeno de las abducciones me habían llegado como un rumor dentro del mundillo ufológico. Naturalmente, me preguntaba hasta qué punto y en cuáles aspectos podríamos coincidir. Pudimos hablar sobre gatos (hasta quince de ellos se dignan frecuentar su hogar), sobre política, y sobre su propia abducción. Pero sin duda lo que más sorprenderá será su peculiar opinión respecto a las abducciones en la actualidad.
Betty no simpatiza con quienes promocionan el fenómeno de las abducciones, o que, mediante su silencio, no hacen nada para atemperar sus excesos. No les resultan graciosos pero se ríe bastante mientras habla de ellos y nunca pierde oportunidad de apostillar una rápida ocurrencia. En 1995, Betty publicó el libro A Common Sense Approach to UFOs (Aproximación a los ovnis desde el sentido común), donde cuenta su duradero compromiso con la investigación de ovnis y abducciones. “Tengo la sensación de que a la mayoría de las organizaciones ufológicas no les gustó mi libro”, me escribió antes de nuestro encuentro. “Ninguna de ellas lo ha comentado”.
P.B.: Debes sentir una cierta desilusión de que este fenómeno haya ido por el camino que lo hizo.
B.H.: He intentado no tener sentimientos de culpa sobre la forma en que la gente estúpida ha malinterpretado mi experiencia. La razón por la que escribí mi libro era para tratar de hacer llegar a los lectores la idea de que deben mantenerse lejos de la hipnosis. No dejen que nadie juegue con su mente. Quiero decir, cada uno ya tiene bastantes problemas viviendo consigo mismo, como para dejar que otras personas hagan su contribución.
Todo el problema gira realmente en torno a lo poco que entendemos sobre la hipnosis. La primera etapa de cualquier hipnosis es la sugestionabilidad. Se supone que es útil para que una persona pierda peso, o para ayudarle a dejar de fumar, o cosas parecidas. Pero si en esta primera etapa se le dice a una persona “¡Tú has matado a alguien!”, va a pasarse el resto de su vida buscando el cadáver. Y lo mismo pasa cuando alguno se somete a hipnosis en busca de una abducción ovni… se la tiene merecida (risitas).
En los últimos 10 años, todo el asunto ha quedado hecho pedazos. Porque en cuanto una persona piensa que ha sido abducida, lo primero que dicen es “¡Oh! Hay que hipnotizarla”. Y eso lo destruye todo. Ya no se podrá saber si fue abducido o no. Si alguien me confiesa, “creo que he sido abducido” lo primero que le contesto es: “Bien, si has pasado por hipnosis, adiós. Y si estás pensando en someterte a ella, también adiós.”
Barney (Hill, 1922-1969) y yo nos sometimos a una hipnosis médica. Se emplea en cirugía. El programa 48 Hours (48 Horas) ha mostrado imágenes de una mujer sometida a una importante operación abdominal bajo hipnosis médica. Nada más. Sólo hipnosis médica. La persona no tiene absolutamente ningún control. No puedes moverte, no puedes hablar, no puedes hacer nada hasta que el doctor te da permiso. La hipnosis médica es casi desconocida en nuestro país. Se utiliza mucho en la Unión Soviética.
Yo misma puedo hacer hipnosis y puedo darte una abducción en 20 minutos. Seguro que podría. Puedes hacerlo con cualquiera. Lo cierto es que el empleo de la hipnosis para las abducciones es realmente lo que llamaríamos “dejar volar la fantasía”. Yo lo he hecho con grupos completos. Ponga a alguien en un ligero trance y dele a elegir. Puedes subir a bordo de un ovni, puedes retroceder a una vida pasada, puedes darte una vuelta rápida por toda la galaxia y puedes viajar al futuro. ¡El noventa y siete por ciento prefiere retroceder a una vida anterior!
P.B.: Así que tú confiarías en un relato obtenido bajo hipnósis clínica pero no en uno procedente de un técnica más atenuada… ¿la empleada por gente como Hopkins, Jacobs y Mack?
B.H.: Cuando la gente hace relatos asombrosos (alucinaciones, delirios, fantasías, sueños, algo que han visto, oído o leído) una vez se han eliminado todos estos factores, entonces puede que quede algo real. He trabajado con la gente durante años y muchas veces me he encontrado personas, particularmente después de que vieran mi película The UFO Incident, que me han confesado: “Creo que he sido abducido”. A lo que yo contesto: “Bueno, ya sabes, realmente no lo sabemos”. Y nos hemos puesto a trabajar juntos y hemos podido determinar porque pensaban que habían sido abducidos cuando no era verdad. Como resultado de todo ello yo he podido desarrollar algunos criterios para separar las abducciones reales de las fantasías. En este país se asegura que han sido abducidas tres millones de personas. Y no sólo una vez sino continuamente. ¿Te das cuenta de que eso significa que cada noche tres o cuatro mil personas están siendo abducidas? ¿Sólo en este país? ¡No comprendo como los aviones pueden seguir volando!
P.B.: La mayoría de los investigadores abduccionistas, y aquellos que los apoyan, afirman que lo que encuentran debe ser real, por la consistencia existente entre los testigos.
B.H.: Desde luego es real para ellos… ¡ porqué a todos les dicen lo mismo! ¿Has oído hablar de esos grupos de terapia? En cierta ocasión me llamó una mujer. Se había salido de uno de esos. Había acabado harta. Acaba siendo como “yo te enseñare la clase de sexo que tuve a bordo de mi ovni si tú me cuentas la que tú tuviste a bordo del tuyo.” No importa cual sea el tema, siempre acaba con “¡Yo también! Les llamo la Gente del Yo-También. Por el contrario, cada abducción real ha sido totalmente diferente. No existen duplicaciones. De hecho, nunca oímos hablar de las verdaderas abducciones. Porque nadie se dedica a escribir libros sobre ellas. La mayoría de las personas que han sido realmente abducidas comparten la misma actitud que tuvimos Barney y yo. Era nuestra experiencia personal y no le interesaba a nadie más. Aunque luego intervino la publicidad. Pero todos compartimos ese sentimiento de que se trata de algo entre nosotros y los ovnis.
P.B.: Leyendo los libros de Budd Hopkins, tienes la sensación…..
B.H.: Yo no los leo.
P.B.: … de que sus sujetos cuentan un tipo de historia; luego en el libro de David Jacobs…
B.H.: …tampoco lo he leído nunca…
P.B.: … los relatos de sus pacientes siguen otro camino y los de John Mack son otra vez distintos. Aparece cierta similitud entre los relatos que recibe cada investigador, pero variaciones significativas de un investigador a otro. Personalmente me parece que los investigadores deben estar influenciando lo que oyen.
B.H.: ¡Exacto! ¿Sabes lo que le dije a John Mack? Que tuviera la boca cerrada y no emplease la psiquiatría hasta descubrir lo que realmente estaba pasando. Y todo lo que conseguí es que se pusiera furioso.
P.B.: ¿Qué piensas del apocalipsis que tantos sujetos estudiados por John Mack predicen?
B.H.: Bueno, todos vamos a morir alguna vez. El mundo llegará a su final el día que muramos, individualmente para cada uno de nosotros. Pero seguirá sin nosotros. El mundo no se va a acabar. A Dios gracias.
P.B.: ¿Qué opinas sobre los sujetos estudiados por Mack que dicen haberse reencarnado?
¡De entrada, yo no creo en la reencarnación! (Risitas). Verás, mi problema es todavía mayor. ¡No creo que haya vida después de la muerte!
P.B.: Otra de las cosas que menciona Mack son las experiencias psíquicas que sus sujetos padecen a menudo. ¿Has pasado tú alguna vez por algo similar?
B.H.: Oh, no. Muchas personas dicen, para ver ovnis tienes que tener poderes, ¿verdad? Así que yo tomé un curso sobre desarrollo psíquico. Y, ¿quieres saber una cosa?. ¡Todavía mantengo el récord para la puntuación más baja! (Risas). Si había dos respuestas, yo escogía la errónea. ¡Soy tan vidente como un pez muerto!
(N.T: Sin embargo, a mediados de los años 70, B.E. Schwarz publicó en la famosa FSR Vol. 23 nº 2,3 y 4 sus “Charlas con Betty Hill”, donde pasaba revista a toda una serie de pequeños incidentes paranormales acaecidos alrededor de Betty y su familia).
P.B.: Si es el tipo de hipnosis empleada la que produce las fantasías, ¿por qué crees tú que la gente está teniendo ese tipo tan particular de fantasías?
B.H.: Porque los investigadores los están dirigiendo para que tengan esas fantasías. Se las están sugiriendo. Son personas muy, muy destructivas. No les importa a quién puedan perjudicar con tal de vender sus libros, de hacer dinero.
Por ejemplo, yo he estado en contacto con cierta muchacha. Con diez años de edad se encontraba de vacaciones con sus padres y salió a dar una vuelta por el bosque. Y se retrasó en volver. Sus padres le gritan, su hermano le grita, todos preguntando: “¿Dónde has estado? Estuvimos a punto de llamar a la policía.” Pero ella sólo había ido a dar una vuelta por el bosque. Años más tarde empieza a preguntarse ¿fui abducida por un ovni? Aunque estaba segura de no haber visto ninguno. Así que decide visitar a (un famoso investigador de abducciones) durante nueve días. Y a lo largo de los nueve días se reúne con todos esos abducidos que le cuentan con todo lujo de detalles lo que les pasó a ellos a bordo de la nave. Y entonces él la somete a hipnosis. Cinco largas cintas grabadas, empezando cuando ella tenía tres años. ¿Sabes que pasó a continuación? Ella se alistó en la Fuerza Aérea. Llevaba allí unos seis meses cuando la sacaron con unas esposas y una camisa de fuerza para llevarla a un hospital psiquiátrico. Ahora ella asegura que alguien desde alguna parte envió una de sus cintas con la hipnosis a la Fuerza Aérea. Lo dudo. Creo que si hubieran recibido esa cinta, se habrían limitado a convocarla e interrogarla. Creo que está realmente afectada. Ella ha estado alucinando desde entonces. Ahora incluso dice estar casada con un alienígena. Y que le extrajeron dos fetos. Es incapaz de obtener un trabajo y conservarlo. No se lleva bien con nadie. Llegó a escribir un pequeño folleto pero nadie le hace el menor caso porque es igual a lo que confiesan muchos otros.
Pregunté al investigador si había sometido a esta mujer a hipnosis. Me contestó: “Sí”. Yo respondí: “Pero no tenías ninguna base para hacerlo”. Y él terminó: “Sí, pero la hizo sentirse mejor.” Desconozco si ya era inestable antes de someterse a la hipnosis y si fue ésta la que la hizo pasarse de rosca. Yo la remití a un cazador de sueños indio. Ya sabes, captura los malos sueños pero deja pasar los buenos. Veremos si le sirve de algo.
P.B.: Hablando de influencias, se comprobó que los testigos del Reino Unido que pensaban haber sido abducidos tendían a informar encuentros con seres altos y rubios en lugar de con esos pequeños Grises. En 1987, cuando Whitley Strieber publicó su libro Communion, el número de Grises descriptos en Gran Bretaña pronto se triplicó…
B.H.: ¡Yo me he encontrado con uno de esos! ¡Un venusiano! ¡Seguro! En 1978. De unos dos metros, rubio y con ojos azules. ¡Y también fuera de este mundo! (muchas risas). Su nombre era Peter. Ahora vive en Europa (más risas). Pero los tripulantes de los ovnis… bueno, ya conoces los dibujos. No se parecen en nada a los monstruos con ojos de insecto de los que habla Budd Hopkins.
P.B.: Si no supieras que alguien que dice haber sido abducido fue sometido a hipnosis ¿serías capaz de distinguir si su historia es o no genuina? ¿Son los casos reales tan distintos de las historias de abducción que podemos ver en televisión?
B.H.: Las abducciones reales son totalmente diferentes de lo que podemos ver en televisión. La gente de los ovnis (verás, yo nunca digo alienígenas) son gente, sólo que diferente de nosotros. Existen ciertas características físicas fundamentales que son diferentes. Y si una persona ha visto realmente alguno, lo sabe. Y los abducidos reales nunca han necesitado terapia. Y no sólo eso, sino que cada uno de ellos ha experimentado cambios en su vida. Para su beneficio. Se trata de una experiencia muy positiva.
El profesor John (…) de Dakota del Norte y su hijo fueron detenidos en plena carretera. Pienso que no fueron llevados a bordo, pero los tripulantes del OVNI salieron y estudiaron su vehículo a fondo, realizaron algunas pruebas con ellos y les aplicaron algún tipo de inyección que les dejo un círculo redondo y una punción.
Y tras aquello, por lo que a su salud respecta, es como si hubiera renacido. Desaparecieron todos sus problemas. Y ahora puede vivir durmiendo sólo cinco horas diarias. Tenía una cicatriz en la cara producto de un accidente. Ha desaparecido. Estaba empezando a mostrar arrugas. Ya no están. Ha sufrido 22 cambios físicos diferentes. Y sin hipnosis. Recuerda todo el incidente con claridad. Yo le dije, nunca te sometas a hipnosis. De hecho, el Dr. Simon nos dijo que estábamos tan cerca de recordar, que sino hubiéramos acudido a él, habríamos acabado acordándonos tarde o temprano.
P.B.: ¿Consideras posible que el ovni inserte “memorias pantalla” para ocultar los recuerdos de lo sucedido?
B.H.: Lo que creo es que, ante todo, como ya he dicho, el Dr. Simon empleó una hipnosis médica con Barney y conmigo. Puedes hacerlo incluso mientras hablas. Cuando el Dr. Simon me dijo que me había puesto en trance, yo pensé “Imposible”. Pero él añadió: “Dese la vuelta y camine hacia mí”. Y lo hice. Él comentó: “Lo ve, ¡es fácil!”. Estaba en trance. Y pienso que algo similar es lo que hacen la gente de los ovnis. Ellos te miran cara a cara mientras hablan y, zas, entras en trance. Un trance profundo. Así es como controlan a las personas. Nunca antes había comentado esto, pero ahora voy a hacerlo.
El Dr. Simon nos dijo que si no podíamos reunirnos una vez por semana, debíamos al menos pasar para que nos hipnotizase. Nos dijo que no debíamos pasar más de diez días sin hipnosis porque si tardábamos más, la amnesia que nos había impuesto desaparecería y empezaríamos a recordar lo que ocurría durante nuestras sesiones con él. Por eso teníamos que mantener la amnesia. Y curiosamente, fue 10 noches después del incidente que yo tuve aquellos sueños. Ellos deben haber usado el mismo tipo de hipnosis que empleaba el Dr. Simon. Lo que la gente de los ovnis hace no es magia. No es nada que no podamos hacer nosotros.
P.B.: Sin embargo, debes sentirte algo ambivalente, dado que (si no me pegas por decirlo) tu te has convertido en la abuela del fenómeno abducción tal como lo conocemos hoy.
B.H.: ¿Te das cuenta de lo que podría haber hecho con esto? ¿Cuánto dinero podría haber ganado? ¿Cuántas sectas podría haber fundado? Pero nunca cobré por esos programas de televisión. Nunca. Sólo cubrieron mis gastos. Pero me dijeron que la gente de los ovnis quería que lo hiciese así. Lee la dedicatoria de mi libro: “A los ovnis, con amor”.
Probablemente uno de los mejores consejos que me han dado fue: “Manténte alejada de los ‘expertos’ en ovnis. Y de las organizaciones ovni”. Y eso hice. Manteniéndome alejada he podido conocer a los mejores científicos de este país. He hecho programas de televisión con los astronautas. La NASA tiene algunas de mis fotos de ovnis. He recibido en mi casa a todo tipo de personas. Tengo informes de ovnis procedentes del Pentágono, la CIA, el FBI, los militares. Pienso que se mantienen a la espera porque no creo que sepan bastante. Están acumulando información. De vez en cuando dejan filtrar algo, aquí y allá. Pero opino que cuando se haga público, se hará a nivel mundial. De momento, no tienen evidencias suficientes. Aunque poseen algunos cadáveres. De eso estoy segura.
P.B.: ¿Quieres decir de Roswell?
B.H.: No sé de donde proceden, pero los tienen. Te diré como lo sé. Ya te he comentado que existen dos características que nos diferencian de la gente de los ovnis. Nosotros (los abducidos) nunca las hemos revelado. Y sin embargo, un día recibí una llamada de una persona (no quiso identificarse), quien me dijo: “Quiero preguntarle algo: ¿cuándo Vd. vio a esa gente del ovni notó Ud. bla-bla-bla?”. Yo me dije: “Los ha visto, porque lo sabe.” Así que respondí: “Sí. ¿Cómo lo ha sabido?”. Él contestó: “Yo hice la autopsia.”
P.B.: ¿Qué piensas sobre esa idea de que se están mezclando genéticamente con los humanos?
B.H.: No pueden hacerlo. No poseen los mismos órganos internos. Es tan imposible como tener descendencia con un chimpancé. No creo en los fetos alienígenas, ni tampoco en eso de flotar a través de las ventanas o pasar por paredes o techos. Ni en los implantes. Seamos serios: la gente de los ovnis no pasa a través de las paredes. Los ovnis no se llevan a la gente en rayos de luz. (Risitas). Tienen rayos de luz. Y pueden descender en un rayo de luz. Pero no los usan para capturar a nadie.
P.B.: Así que opinas que la gente de los ovnis no puede hacer ese tipo de “magia”…
B.H.: No, ¡son personas!
P.B.: … porque están tan limitados por las leyes físicas como nosotros…
B.H.: Exacto. Sabes, algunos enseñan por televisión esos dibujos de ovnis que dan una idea totalmente errónea de cómo son en realidad. La mayoría de ellos son pequeños. No mucho más grandes que un coche, los que vienen aquí. Algunos pueden tener 20 quizá 25 pies (6-8 m) de largo. No son grandes cosas enormes.
Los mejores ovnis que jamás vi, nunca los filme. Me quedé allí con la boca abierta. Una de las cosas que hacen (y nunca se lo he contado a nadie hasta ahora) es combinarse juntos. Los ovnis aparecen y, de repente, salen volando en todas direcciones. Entonces regresan y de alguna forma se unen unos con otros. Y así parecen convertirse en una nave más grande. Le he dicho a la gente que vuelan por aquí desde 1932. No secuestran personas, eso son fantasías. Nunca hacen daño a nadie. Sólo salgan y díganles “Hola”. Sean amistosos. ¡Están muy lejos de su casa!
Pero ¿por qué creo que nos visitan? Bueno, veámoslo de esta manera. Existe un gran número de estas naves gigantescas orbitando nuestro planeta, pero ellos utilizan las más pequeñas para bajar… como si fuéramos su centro comercial. Ellos descienden para tomar lo que necesitan allí arriba.
P.B.: ¿Y por qué necesitan capturar personas?
B.H.: ¿No han hecho esto siempre los exploradores? Los exploradores siempre han actuado así. Incluso Colón se llevó algunos indios de vuelta a España. El capitán John Smith se llevó a Pocohontas de regreso a Inglaterra. Así que ¿por qué no? Sin embargo, no puedo afirmar que se estén llevando gente con ellos, sin devolverla. Quizá lo hagan. No lo sé. Esa era una de las cosas que yo temía. Pero entonces (riendo) ¡ellos me rechazaron!
Publicación original:
Revista Fortean Times Nº 110. Mayo 1998. Traducido del inglés por Luis R. González Manso.