En el posteo de ayer Izquierda y derecha entre la ciencia y las conspiraciones, Daniel Galarza Santiago aborda la cuestión de las ideologías frente a creencias y teorías conspiracionistas. También menciona el libro “La izquierda feng-shui” (Ariel, 2017), del periodista y escritor Mauricio-José Schwarz.
El escritor mexicano consideró que la nota de Galarza Santiago constituia un ataque ad hominem. Esta es su réplica, que no solo publicamos porque corresponde sino porque es una forma segura de que Galarza Santiago conozca los argumentos de su contrincante: el editor de este blog viene a enterarse que entre Schwarz y Galarza Santiago hay un viejo litigio y que, por esta razón, Schwarz lo ha bloqueado de sus redes sociales.
A despecho de lo anterior, agradecemos a Schwarz su amablidad por autorizar la inclusión del autorretrato donde exhibe la portada de su obra y la publicación de la réplica que posteó en diferentes redes.
Por Mauricio-José Schwarz *
El artículo deja la idea, sobre todo con el uso de la portada de mi libro y de mi propia fotografía (pirateada sin permiso, siendo yo sujeto y autor de la imagen) de que estoy entre quienes afirman la absurda idea de que «la izquierda» es «más» anticiencia que «la derecha», que, por supuesto, nunca he afirmado, sería una audacia, como lo sería afirmar lo contrario porque no hay estudios estadísticos al respecto en el mundo hispanoparlante.
Y como no hay estudios, pues inventarse las cosas es gratis, aunque cualquiera que lea de buena fe el prólogo de «La izquierda feng-shui» (se puede descargar aquí) sabe que uno de sus objetivos es evitar explícita y enérgicamente esa falacia, señalando las visiones anticiencia de las derechas (es que no hay una) y aclarando más de una vez que en mi crítica hablo de «parte de la izquierda» o aclaro que «no toda la izquierda», etc.
Pero de Galarza, por desgracia, espero todo, cualquier distorsión de mis ideas y mis escritos que le sirva para su guerra contra mí, cualquier oportunidad de desprestigiarme ante sus lectores le resultan una tentación imposible de resistir. Su deshonestidad intelectual se ha expresado una y otra vez en escritos donde su odio hacia mí desborda todo rigor académico, toda seriedad en el análisis de los textos, todo principio caritativo en el abordaje de las ideas de otros. Molesto por mis críticas a la filosofía como profesión universitaria, que se ha tomado como un ataque personal, ha emprendido una triste y obsesiva cruzada ya longeva de calumnias a falta de argumentos y no espero otra cosa de su teclado.
Pero sí debo dejar la aclaración de que, como esta insidia se publica en mi propia organización, el Círculo Escéptico, es falso que yo sustente lo que sugiere Galarza, es falso que el título de mi libro («una especie de caricatura de las causas más nobles, de luchas razonables y de asuntos a todas luces relevantes», digo en el prólogo dejando claro que es una denominación ligera y denotativa apenas) revele mi adscripción a esa idea y por supuesto Galarza no puede demostrarlo y ni siquiera lo intenta. Mi libro no es sobre «la izquierda», sino sólo sobre «la izquierda feng-shui», no incluiría nunca, por ejemplo, a Pedro Duque, astronauta español, ministro de ciencia del gobierno del PSOE y miembro de honor de Círculo Escéptico.
Como ante el «nuevo ateísmo» o las calumnias contra algunas personas por odios personales (pienso en la dawkinsfobia), esto no es más que un hombre de paja. El autor se inventa una barbaridad que nadie ha dicho (por eso no hay ni una sola cita que sustente que eso «lo han asegurado incluso célebres autoridades del llamado ‘mundo escéptico'») y luego la ataca valerosamente viendo gigantes en los molinos de viento.
Primero, el «mundo escéptico» en sí es una fantasía. Luego, no existen «autoridades», célebres o no, en los espacios de la razón, que es lo opuesto a la idea de aceptar «autoridades». (La idea misma de las «autoridades» escolásticas es una rémora intelectual de la que los filósofos se niegan a desprenderse, siendo buen pretexto para el ad hominem.)
Responder a la pregunta «¿Es realmente la izquierda tan anticientífica como la derecha?» usando el título de mi libro como sustento de un «Así es como muchos comentaristas (incluyendo autores del escepticismo científico) parecen pensarlo» resulta vergonzoso e insostenible.
El artículo regurgita escritos de tres autores (Mooney, Lewandowsky y Kahan) sobre algo que pasa en los EE.UU. y en lo que en EE.UU. llaman izquierda (el partido demócrata, que en América Latina o Europa a duras penas pasa por derecha amable o liberal-sociales). Evidentemente hay poco rigor al trasladarlo extralógicamente a otro entorno (con una izquierda más cercana a los marxismos y a la socialdemocracia, en países con otro sistema político y realidad social) para criticar a nadie en concreto pero poniéndome en la palestra a mí –a despecho de lo que explico en el propio libro. Es bastante triste.
Si alguien tiene dudas sobre lo que parece que pienso, me puede preguntar y le responderé. En este caso: no, no creo eso, he dicho que no lo creo y es indecente atribuírmelo.
Mauricio-José Schwarz
(*) Periodista y escritor mexicano-español, es autor de varios libros y editor de El retorno de los charlatanes
A PROPOSITO DE ESTA FOTOGRAFÍA
A falta de mejor idea, para ilustrar el artículo de Galarza Santiago usé la imagen de la portada de “La izquierda feng-shui” para el título secundario del artículo y un autorretrato de Schwarz, donde promociona su libro. Me pareció una idea pertinente: el libro del escritor mexicano-español es la referencia más conocida en habla hispana sobre el tema que aborda el artículo firmado por Galarza Santiago. Pues bien, es cierto que cometí la imprudencia de no pedirle autorización a Schwarz, protagonista y autor de la foto, si bien lo etiqueté por si él consideraba necesario dar marcha atrás; y eso ocurrió: no bien se quejó al ver su foto en el posteo, la di de baja (que ahora republico con su autorización).
Como editor de Factor aclaro que la inclusión del autorretrato de Schwarz en el posteo anterior fue una decisión exclusivamente mía, siendo por tanto yo el destinatario exclusivo de sus invectivas cuando se refiere a fotos “pirateadas”: si en este caso hay un pirata, ese pirata fui yo y no el autor del artículo.
Gracias por tanto.
Editor de Factor 302.4
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