El sábado 21 de abril personas y organizaciones de numerosas ciudades de todo el mundo participaron de una «sobredosis» homeopática con el fin de advertir sobre la ineficacia de esta pseudociencia. En nuestro país, el evento se desarrolló desde las 13.30 en Plaza Francia, frente al Museo Participativo de Ciencias, con stands callejeros (organizados por el Círculo Escéptico Argentino) en los que se informó sobre esta falsa alternativa a la medicina.
Las revisiones sistemáticas y metaanálisis muestran de forma concluyente que los productos homeopáticos no superan el efecto placebo. Uno de los más exhaustivos fue encargado por el Comité de Ciencia y Tecnología del Parlamento Británico, que recomendó que el gobierno británico deje de financiar la homeopatía con dinero público, y que se impida que las etiquetas de los productos homeopáticos incluyan afirmaciones sobre su uso médico, sin que su eficacia haya sido demostrada. Aunque el gobierno británico reconoce que esta práctica no supera el efecto placebo, la medida no prosperó por considerar que son los médicos quienes deberían determinar cuál es el tratamiento más adecuado para sus pacientes.
La homeopatía se basa en el supuesto de que una sustancia que causa un síntoma indeseado puede servir para contrarrestarlo si es diluida hasta proporciones muy pequeñas. El principio de que «lo similar cura a lo similar» carece de evidencia. Algunas personas creen que la eficacia de las vacunas justifica el principio homeopático de “la cura por lo similar”, pero esto es erróneo. El efecto de las vacunas ocurre porque se estimula la producción de anticuerpos específicos contra un germen invasor. Esta teoría cuenta con evidencia y la homeopatía no. Además, a diferencia de las vacunas, los preparados homeopáticos diluyen las sustancias hasta hacerlas desaparecer y se venden como medicamentos frascos o pastillas que no contienen absolutamente ningún principio activo. Cualquier mecanismo de acción basado en la dilución extrema es implausible, tal como sostienen los científicos que trabajan en este campo.
¿Cómo se explica que tantas personas crean en la homeopatía? En primer lugar, por lo que se denomina “evidencia anecdótica”, que es el relato de las personas que creen haber sido curadas. Sin embargo, la mejora puede obedecer a la tendencia del cuerpo a recuperarse solo, o al efecto placebo, que opera fundamentalmente en relación al dolor. También puede haber existido un diagnóstico erróneo o, simplemente, el deseo de creer que algo es efectivo. La memoria hace el resto, reteniendo las veces en que se concurrió al homeópata y la enfermedad retrocedió y olvidando las veces en que persistió.
Quienes defienden a la homeopatía sostienen que posee una larga tradición y que los cuestionamientos que recibe obedecen a una conspiración de las empresas farmacéuticas. Sin embargo, que se trate de algo antiguo o que existan intereses comerciales no aporta evidencias sobre su eficacia.
En la Argentina los remedios homeopáticos se elaboran en farmacias y son vendidos como si se tratara de medicamentos. Hay más de mil médicos que practican la homeopatía sin exhibir ningún estudio riguroso que compruebe su eficacia. Las obras sociales no cubren los tratamientos ni las consultas y el Ministerio de Salud no se expide sobre el tema.
Algunos aducen que si el placebo tiene algún efecto, se debe seguir vendiendo como medicina. Pero la prescripción de un placebo no es compatible con el derecho del paciente a una elección informada, que también peligra debido al estatus de medicamento que adquieren las sustancias homeopáticas por el mero hecho de ser vendidas en farmacias. Aunque los placebos puedan ser efectivos en el alivio de los síntomas (por ejemplo, el dolor), no pueden tratar la causa subyacente de esos síntomas (por ejemplo, un hueso roto). Existe el riesgo de que un paciente cuyos síntomas mejoran tras un tratamiento homeopático (pero no a causa de él) retrase la búsqueda de un diagnóstico médico adecuado para futuros síntomas que pueden o no deberse a una enfermedad subyacente grave.
Por Roxana Kreimer
Es Licenciada en Filosofía y Doctora en Ciencias Sociales (ambos por la Universidad de Buenos Aires).
Nota: Publicada el 18 de abril y actualizada el 21 después del evento anunciado en el copete, con las imágenes y los videos que documentan la actividad de los miembros del CEA.
Más info: Nuevo «ritual científico» contra la homeopatía. Por Alejandro Agostinelli, en Ciencia Bruja.