Esta pregunta recorre como un fantasma América Latina. Pero tenemos un problema, Houston: el fantasma está tuerto, tiene un cero redondo como un platillo volador en ciencia (sobre todo en lógica y ley de probabilidades) y un 10 en razonamiento falaz y prejuicioso influido por una ideología.
Todo empezó con el acertijo con forma de manto de sospecha que lanzó el presidente venezolano, Hugo Chávez el pasado 28 de diciembre: “¿Sería extraño que (los imperialistas) hubieran desarrollado una tecnología para inducir el cáncer y nadie lo sepa hasta ahora, y se descubra esto dentro de 50 años o no sé cuántos? No lo sé. Sólo dejo la reflexión. Pero esto es muy, muy, muy extraño». Más que la reflexión, Chávez, dejó servida una polémica. Y que, esta vez, sonó casi como un brulote del Día de los Santos Inocentes.
La consigna de Chávez no sólo invita a adherir a una teoría conspirativa fácil de aceptar, habida cuenta el efectivo rechazo o por lo menos la desconfianza que el gobierno de los EE.UU. siente hacia los candidatos que poseen una retórica izquierdista. Postula, ante todo, un modo de razonar donde inciertos antecedentes serían suficientes para sembrar sospechas, cuando éstas deben estar basadas en datos duros, no en prejuicios anclados en vaguedades sin corroboración. La mezcla entre genuinas reivindicaciones antiimperialistas (no importa si son mandatarios, como en este caso, o ciudadanos de izquierda) y la tendencia a echar mano a presuntos misterios para explicar ciertos acontecimientos (a veces, razonamientos erróneos, como en este caso), también le hace pésima prensa al llamado “pensamiento progresista” (ideología que reemplaza al viejo socialismo).
Así como, por derecha, el periodista y médico Nelson Castro imaginó una relación entre poder y cáncer (con una clara mayoría de mandatarios libres de la enfermedad en condiciones de desmentirlo), inmediatamente Chávez, por “izquierda”, hizo un planteo parecido, pero buscando en esa correlación -para él “inexplicable”- un chivo expiatorio: el cruel y todopoderoso Pentágono, cuyos generales aplicarán esta insidiosa tecnología, que hasta ahora no sirvió para matar a Fidel Castro (quien ha sobrevivido a francotiradores, explosivos en sus zapatos y hasta dentro de una pelota de baseball, entre otras) (*).
Ahora bien, ¿qué dicen los especialistas? Le envié la misma pregunta que se hizo Chávez ante los venezolanos (y ante la aldea global) a uno de los oncólogos que más aprecio, admiro y respeto, el doctor Ernesto Gil Deza, Director Científico del Instituto Henry Moore. Respondió:
El desarrollo de un cáncer demora entre 8 y 10 años, y en el cáncer de tiroides (como el que se ha diagnosticado a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner) a veces demora más de 30 años. Prever con tanta anticipación quién va a ser presidente es difícil. Que además lo diagnostiquen en etapas curables -si tu intención es matarlos- es más difícil todavía e inexplicable desde la estrategia conspirativa. Que afecte a ex presidentes como Lula, por ejemplo, no tiene sentido porque ya no puede hacer daño. O a candidatos como Dilma, o a presidentes en ejercicio, como Lugo o la doctora Fernández, menos lógico. Por lo tanto, es una hipótesis improbable, inútil e ilógica.«
-¿Esto significa imposible?
No. Pero recordemos que la ciencia no está para demostrar lo imposible sino lo posible. Lo más probable, dentro de lo posible, es que hoy se sepa más, se diagnostique más, se informe mejor. El cáncer es sólo un evento azaroso más.”
El propio Chávez asegura que en Cuba le extirparon el tumor de pélvis que lo tuvo a mal traer. Pese a los descuidos que él mismo confiesa, le detectaron el cáncer a tiempo. Como dice Gil Deza, esto demuestra la absurda ineficiencia de las presuntas tecnologías de los EE.UU. para matar presidentes “rebeldes”. Fidel Castro, gran comprador de las delirantes teorías de la conspiración de Daniel Estulin, parece ser la fuente de Chávez. «Fidel siempre me lo dijo, ‘Chávez, ten cuidado… mira, cuidado esta gente ha desarrollado tecnologías… cuidado con lo que te dan de comer. Cuidado con una pequeña aguja y te inyectan no se qué…'», expresó Chávez, tal como recoge el diario Informador de México.
Los EE.UU. no han demostrado simpatizar mucho que digamos con los mandatarios latinoamericanos de la última hornada. Pero, seamos serios, ninguno de ellos tampoco tomó medidas radicales como para considerarlos “una amenaza socialista” en el continente. Los nuevos líderes, pese a la retórica, han demostrado apoyar el sistema capitalista. Pero ese sería tema de otra nota, e incluso para otro autor.
Ernesto Gil Deza deshace el alarmismo creado alrededor del carcinoma del cual será operada la presidenta Cristina Fernández (Entrevista de Gerardo Rozín, C5N).
(*) Hace un par de semanas se publicó en diversos medios que Fidel Castro tiene un Récord Mundial Guinness en supervivencia al haber sido blanco de “638 intentos de asesinato fallidos”. Caben pocas dudas de que los EE.UU tuvo motivos de sobra para asesinarlo y que probablemente lo haya intentado seguido, el problema es el número. Lo del Récord Guinness, por ejemplo, parece ser una lectura tergiversada de una noticia (citada por AFP) tomada del portal oficial Cubadebate titulada “Fidel, la persona que más veces intentaron matar”. En el encabezamiento la nota señala que el líder de la Revolución Cubana “debería registrar el Libro de Récords Guinness”. El sitio web de Guiness World Records sólo menciona a Castro como “el Presidente más longevo del mundo”, dado que estuvo en el poder desde que su movimiento guerrillero derrocó la dictadura cubana de Fulgencio Batista el 26-06-1959 hasta el 19-02-2008, cuando anunció su retiro, alcanzando los 48 años y 208 días en ejercicio del poder. Pero nada dice sobre los intentos de asesinato.
NOTAS RELACIONADAS
Políticos con la cabeza puesta en Marte (Ciencia bruja)
La conspiración de los inocentes, en Newsweek 4-01-2012 (Nota: el título tiene que ver con una frase que se eliminó: Castro y Chávez, hablaron el 28 de diciembre de 2011, Día de los Santos Inocentes).