«El cuerpo no se toca» (critica al elogio exagerado del cuerpo robotizado)

En Ciencia Bruja, mi sección en Yahoo!, acabo de subir una nota sobre el artista post-humano Stelarc. El australiano se hizo injertar una oreja en su brazo y tiene algo para decir al respecto. Stelarc, con su antipática monstruosidad a cuestas, afirma que pretende denunciar que el hombre, en camino a una mutación donde la cibernética juega un papel clave, ampliará cada vez más sus sentidos con extensores robóticos. Dice que las posibilidades que ofrece la tecnología para incrementar el poder humano marca la obsolescencia del cuerpo y que estas aplicaciones alterarán drásticamente la percepción de la realidad de los usuarios. O que esa es la hipótesis que está tratando de demostrar utilizando como banco de pruebas a su propio cuerpo.

Los primeros comentarios de los lectores son una andanada de descalificaciones (el abanico imaginable, desde “loco” a “pelotudo”).

Si es por rescatar algún mensaje, celebro el de Xalvador, quien se presenta como artista plástico. No lo celebro por estar de acuerdo con él sino porque, al menos, trata de desarrollar una idea. Entre otras cosas (vale la pena leer el mensaje completo), Xalvador dice:

Menguele es un poroto al lado de gente como este hombre que no solo no respeta su cuerpo y lo somete a cualquier cosa, sino que pretende instaurar una tecnología capaz de menospreciar a otros hombres o seres, intentando crear seres únicos en su naturaleza de una forma ridículamente artificial superior.

Dejemos de lado su comparación con Menguele porque no resiste el menor análisis. Pero no puedo dejar de preguntarme por qué escandaliza la alteración del cuerpo ajeno. ¿Acaso es algo sagrado? ¿Su conservación está más allá de los caprichos individuales? Se podría decir que la idea de Xalvador parece religiosa, pero lo descarto al recordar que algunos cultos aún practican la ablación de clítoris y la circuncisión. ¿Se puede hablar de “falta de respeto” por aquello que Stelarc hace en su cuerpo? ¿Su condición de artista lo convierte en candidato a la imitación? ¿Es cierto que Stelarc propone crear “seres únicos”, superiores a otros, o es exactamente aquello que él con su arte pretende deschavar?

Por ahí, tal vez, puede encausarse un debate. Hasta podría, incluso, aparecer una idea novedosa. Lo que no entiendo es qué fibra toca Stelarc para que su propuesta reciba tantas puteadas.

  1. El asunto es que diciéndole “loco” o ”pelotudo” nadie gana nada. El insulto aparece cuando no hay ideas. Sí ceo que el hombre está algo confundido si cree que por ese camino va a “incrementar el poder humano”. Si ese “poder” estuviera, supongamos, en Mar del Plata, el tipo está tomando la ruta 9, no la 2. No, claro que el cuerpo no es algo sagrado. Si quieren que se pongan una oreja en la rodilla, los dientes en los pies y la nariz en el traste. A su gusto. El cuerpo es sólo lo que es (una herramienta, un envase) y punto. Una persona no es su cuerpo, muchachos. El verdadero “poder” se puede lograr sólo a partir de la evolución psicológica. Cuando limpiamos todas las basuritas acumuladas en nuestra mente. Y para eso hay que agarrar la ruta 2, no la 9.

  2. No conocía a este señor y mucho menos lo que hace. Pero esta repulsión de alguna gente frente a los cambios corporales vistos en otras personas no me es extraño. Es como una especie de instinto de conservación. Cualquier alteración corporal es vista con horror, ya que involucra la integridad física. Es algo casi instintivo.
    Es como si la imagen del cuerpo humano fuera la esencia de los que percibimos como humano. Es fácil ver esto en el trato que se le dio y da a los deformes. Me viene a la mente el hombre elefante. Creo que en el espectador es un horror y una fascinación a su vez. Horror por ver un cuerpo deforme y fascinación por el saber como vive esa persona en ese estado. Quizás, mas básicamente, como puede mantenerse humano en ese estado o si algo de su humanidad aun se mantiene en él.

    Creo que Stelarc tiene algo de razón. Ya el cuerpo no es un limite. Ya podes reemplazar partes de él. Algún día podremos reemplazar no solo órganos específicos sino secciones enteras. Pero aun creo que estamos muy, pero muy lejos de declarar la obsolencia del cuerpo, en su sentido más extenso.

    Creo que otro problema, más allá del miedo «instintivo» que marque arriba, es el de no poder poner un limite claro entre arte y lo que no es. Si Stelarc se hizo injertar una oreja, lo hizo en el marco de lo artístico. Lo hizo para remarcar justamente esa obsolencia corporal. Lo hizo para marcar que el cuerpo ya no es una lugar intocable, si no que es sumamente modificable. Creo que lo hizo para mostrar que la integridad corporal ya no es algo que tabú y que no deberia asustarnos.

    Ahora bien, saliendo de esta expresión artística, esa oreja no es funcional y eso puede ser lo que de forma racional asusta. Aunque creo que el miedo instintivo esta detrás de nuestras objeciones argumentadas y razonadas. «¿Por que y para que este hombre se puso una oreja inútil?» Se esta perdiendo de vista lo que ese acto de injertarse una oreja pretende. Si se pierde esta declaración hecha con el injerto, entonces se puede argumentar que es una deformación del cuerpo aberrante ya que no tiene utilidad practica alguna.

    Ahora pienso, ¿y si hubiera sido posible injertarse un nuevo brazo pero enteramente funcional? Creo que el horror primario de ver el cuerpo deformado de su integridad originaria seguiría presente, pero debido a la funcionalidad del brazo ya seria más difícil poder sostener racionalmente algo contra ese acto. Quizás en el futuro veamos trabajadores que se amputen su s propios brazos y piernas para reemplazarlos con brazos bionicos. Aquí al escribirlo me acabo de dar cuenta que esto también tiene un poco de ese miedo instintivo a deformar nuestros cuerpos. bien podría haber dicho el de injertarse nuevos brazos y piernas, sin tocar los naturales ya existentes. 😀

    El tema del cuerpo como propiedad es una tema para largo y toca muchos puntos. Da para mucho …

  3. Voy a rescatar un comentario, quizas el unico a favor.

    «»»Cuanta gente ignorante hay en estos foros ¿no saben que la ultima frontera de la ciencia es experimentar con el cuerpo humano???»»»

    No creo que sea la ultima frontera. Quizás habría que ampliar el concepto. Creo que el modificarnos a nosotros mismo es la ultima frontera, y no solo hablo del cuerpo. si no de cuerpo y mente. Tambien como sociedad. Y quzias me siga quedando corto.

    «»»este tipo es un genio y lo hace con su propio cuerpo. «»»

    Aquí discrepo totalmente. El tipo no es una genio. Lo esta haciendo como una muestra. El bien podría estar diciendo lo mismo sin una tercera oreja en su brazo. Además, si fuera más centrado podría ver lo avances tecnológicos en aumentar nuestra percepción que no necesitan de cambios corporales radicales. Y cuando alguien postula un cambio corporal lo postula desde la seguridad que ese cambio no tendrá efectos adversos. Por ejemplo cascos de realidad aumentada (Creo que ese era el termino) que están pensando en reducirlo a un parche electrónico en la retina. Pero que yo sepa nadie esta experimentando con ojos y parches hoy. Por lo menos no lo harán hasta estar seguros de que lo efectos adversos sean mínimos. No como Sterlac que casi pierde el brazo en su intento.

    ¿Interesante su proclama? Si. ¿Genio? No lo creo.

  4. Muy buena la comparación con El hombre elefante y muy de acuerdo con tus reflexiones Claudio! Solo un detalle: la oreja de Stelarc es funcional (y no tan diferente de una oreja, es un receptor que conecta a internet). Saludos!
    PD: Me gustó mucho tu blog!

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El que prescribe

Alejandro Agostinelli, editor de este blog, es periodista desde 1982.

Fue redactor de las revistas Conozca Más, MisteriosEnciclopedia Popular Magazine Gente, y de los diarios La prensaPágina/12. Fue uno de los impulsores de la Fundación CAIRP y escribió y asesoró a la revista El Ojo Escéptico. También fue productor de televisión en Canal 9 y América TV. Fue secretario de redacción de las revistas de divulgación científica Descubrir NEO y fue editor de una docena de colecciones de infomagazines para la revista Noticias y otras de Editorial Perfil. Últimamente ha colaborado en las revistas Pensar, publicada por el Center For Inquiry Argentina (CFI / Argentina), El Escéptico y Newsweek.

Fue creador del sitio Dios! (2002-2004) y del blog Magia crítica. Crónicas y meditaciones en la sociedad de las creencias ilimitadas (2009-2010). Es autor de Invasores. Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Random House, 2009).

Asesoró a Incoming, el noticiero de Canal Infinito (2009-2011) y escribió la columna Ciencia Bruja en Yahoo! Argentina y Yahoo! español (2010-2012). Asesoró a las productoras SnapTv y Nippur Media en la producción de documentales históricos y científicos para NatGeo (2011-2013).

Contacto: aagostinelli@gmail.com
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