Hace un par de días comentamos la llamada «espiral de Canadá» y nos preguntábamos cuál podía ser la relación entre este material y el espectacular fenómeno espiralado observado, filmado y fotografiado en Noruega en diciembre del año pasado, identificado como un misil balístico ruso. Bien, había una relación pero, ejem, era diferente a la que suponíamos. Manuel Borraz, un agudo experto en identificación de ovnis de la Fundación Anomalía, mencionaba ayer que, a varios días de un suceso de esta magnitud, que de haber ocurrido debió tener miles de observadores, era significativo que todos los caminos llevasen al sitio TheWatherSpace.com al googlear la espiral de Canadá. “¿Le estarán colando un gol?”, se preguntaba.
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Martin no era un novato. Borraz detectó un artículo, publicado en diciembre de 2009, en el cual Martin se interesaba por la «espiral noruega». En aquella nota y en dos videos didácticos (disponibles aquí y aquí), Martin muestra cómo, mediante una sencilla operación matemática, calculaba la altitud y la fase en la que se hallaba la trayectoria del misil ruso, lanzado desde el Mar Blanco.
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Esta es la razón, entonces, por la que su fraude se parecía a la espiral de Noruega: había aprendido a imitarlo con un programa de animación gráfica. Martin confesó muy pronto el engaño y sólo le dio algunos dolores de cabeza a TheWeatherSpace: por su escasa difusión no amerita sumarlo a la línea de montajes de marketing viral registrada el año pasado.
Puso a prueba, en cambio, los reflejos de quienes seguimos estas noticias. (Los míos, confieso, fueron bastante lentos). “Si la fuente es anónima -recuerda Mori-, el video no posee valor”. Como sucedió con la falsa invasión de ovnis en Galicia producida por Terra España, “nunca hay que confiar en sucesos informados por una sola fuente noticiosa”.
En este caso, WeatherSpace fue el único medio que divulgaba los videos (con la excepción de algún ufólogo vinculado al proyecto Disclosure) . Todas las fuentes, todos los testimonios, eran falsos.
En su página en Facebook, Kevin Martin ahora promete “otra falsa alarma en Los Ángeles, esta vez con un video en movimiento, y no con gráficos computados”. ¿Cuándo? “El 4 de julio”, responde.
La broma parece estar en marcha: será complicado distinguir a sus ovnis entre los fuegos artificiales que –según las previsiones- serán lanzados esa fecha.






