Nunca estuvimos tan cerca de beatificar a Evita

Todos tenemos un nombre y poca gente lo debe cambiar por cuestiones profesionales, como sucede con guerrilleros, presidiarios y Papas. Es lo que primero llamó mi atención cuando supe que Jorge Bergoglio, al asumir como Papa, se iba a llamar Francisco. En la tele saludaba y sonreía, pero el hombre había empezado su nueva vida perdiendo su antiguo nombre. Había pensado en escribir sobre eso pero no sabía cómo encauzar el tema, así que lo anoté por si acaso. La … Sigue leyendo Nunca estuvimos tan cerca de beatificar a Evita