Fabio Zerpa: el estudio de su legado en la cultura popular

Lejos de la ciencia, como él quería, y cerca del gusto popular por el misterio, el pasado 7 de agosto falleció en el Sanatorio Anchorena, en el barrio porteño de Recoleta, Buenos Aires, Fabio Pedro Alles Zerpa. Fueron muchos los homenajes desde entonces y circuló mucho una minibio escrita para revista Veintitrés en 2011. Hoy queremos compartir algunas impresiones personales sobre la trayectoria de este actor formado en su Uruguay natal, amante del tango, ufólogo y ocultista, que tanto nos influyó en nuestra adolescencia y que, mal o bien, ha inspirado a miles de personas a interesarse no solo por los llamados “platos voladores” sino por otras heterodoxias científicas, esotéricas y mágicas de nuestro tiempo.

De paso advierto que subo esta entrada en la sección del blog Cultura Alien, pero también en Autorreferenciales, así abordo sin culpas mi relación con el protagonista, aparte de volcar unos apuntes a vuela pluma con el solo objeto de no dejar escapar algunas ideas.

Por Alejandro Agostinelli

Desde los 60, Fabio Zerpa instaló la temática extraterrestre en la Argentina e hispanoamérica. El autor de estas líneas lo cruzó varias veces. Alguna vez lo trató de charlatán porque “faltaba a la verdad” o “por estar desinformando”. Otras se quiso acercar, pero ya era tarde: Fabio le retiraba el saludo a quienes lo cuestionaban. La inestable relación entre el ovnílogo (como a Zerpa le gustaba que lo llamaran, después de «Profesor») y quien escribe, no ayuda a escribir un perfil preciso del protagonista: moviéndose ambos en el mismo terreno, nos precedió una puja entre la divulgación platillista como presentación de «casos espectaculares» (la ufología como forma de entretenimiento) y otra periodística, más próxima a cierta pretensión por «buscar la verdad».

Foto: Ariel Grinberg (Revista VIVA, 2013)

En la mañana del miércoles 7 de agosto confirmé la noticia de su muerte y no encontré a nadie de su círculo íntimo con ánimos para hablar sobre él. Entonces, guiado por la memoria y el respeto a la persona, pero sin dejar de expresar mi auténtica opinión, di algunas entrevistas. Una de las ideas que comenté fue que Fabio Zerpa se había llevado a la tumba el secreto acerca de cuánto de lo que afirmaba se lo creía realmente, o si era parte de la actuación más larga de su vida. Instalar esa duda es polémico. Nadie, ni siquiera quienes están al corriente del pensamiento íntimo de una persona, pueden saber si ellos, a su vez, no son engañados: la mente humana es un arcón inexpugnable; por eso, antes de juzgar intenciones privadísimas, corresponde examinar las afirmaciones públicas sin necesidad de poner en tela de juicio la sinceridad de nadie ni de acudir a presunciones sobre la falta de ella.

El día que Fabio Zerpa falleció, circuló en los medios a través de la agencia Telam un texto de 2011 donde cuento, un poco, quién fue, sobre todo para quienes no sabían nada sobre él. Escribí esa breve biografía cuando él aún vivía y me hicieron saber que alguna ironía sonó fuerte. Por eso, en esta ocasión, quisiera establecer algunas matizaciones. Zerpa fue parte de la infancia o adolescencia de los que estamos mayores o un ícono pop para los jóvenes, que bien lo pudieron conocer como una “autoridad” sobre la diversidad de “misterios” que abordaba, o bien como ese tipo bizarro que inspiró y remató con su voz el hit de Hotel Calamaro, “Fabio Zerpa tiene razón”. Dicho esto, vale dar una zancada y reflexionar sobre lo que ha significado Zerpa para quienes hemos estado cerca a sus áreas de interés y nos hemos cruzado con algunas o muchas de sus participaciones públicas, más allá de mi propia reacción en otros contextos.

Para el año próximo está previsto el estreno de dos documentales que lo tienen por protagonista. El primero, dirigido por Leandro Bartoletti, contaba con el visto bueno del ovnílogo. Cuando el rodaje comenzó, Zerpa quiso tomar decisiones sobre los entrevistados. El proyecto continuó, aunque sin su bendición. El segundo surgió como consecuencia de la desautorización que sufrió el primero.

Zerpa falleció a una edad a la que pocos llegaremos y cierto lugar común aconseja que en las despedidas (a los que queremos ser justos, pero también somos sentimentales) debemos buscar el lado luminoso, el aspecto virtuoso del ser humano. Pues bien, nada de lo que diremos buscará afectar su honorabilidad. Pero ninguna afirmación es sagrada. Primera virtud: Fabio Zerpa, por méritos personales (la articulación que le dio a muchos conocimientos dispersos sobre estas temáticas, las inflexiones de su voz, el acierto con que se acercó a las expectativas de su audiencia, etc.), logró una enorme notoriedad. Esas virtudes lo expusieron a la crítica mientras estuvo vivo y de ahora en más, cuando su producción es Historia.

Fabio Zerpa en Canal Infinito (2005)

No fui su amigo, pero sé que fue un tipo generoso, simpático y querible a través de otras personas que sí son mis amigos y merecen mi confianza. Esta percepción la comparten escépticos (Félix Ares de Blas, líder del primer grupo escéptico español) y los ufólogos o ex ufólogos que fueron parte de su círculo (mi ejemplo más cercano es César Reyes, editor del sitio Antiguos Astronautas). Mis encuentros con él siempre fueron esquivos: siendo un adolescente no me quiso o no me pudo recibir, pero su secretaria (una rubia muy bonita, cuyo nombre olvidé), me invitó a tomar cursos que daba la Organización Nacional de Investigación de Fenómenos Espaciales – Centro de Estudios Psicoespaciales (ONIFE-CEP) pagando una cuota imposible para el flaco bolsillo de un alumno de la primaria; siendo mayor, él ufólogo y yo escéptico, nos cruzamos en un par de programas de TV donde él afirmaba, por ejemplo, que había “965 casos reales de contactos del tercer tipo o 125 casos reales de casos del cuarto tipo”, mientras yo le trataba de pregunta si esas investigaciones habían sido publicadas en alguna revista científica. (Esto último ocurrió en un progama de CableVisión llamado «A Ciencia Cierta», en 1991). Entiendo que, por ese tipo de interrupciones, nunca me dio las entrevistas que le pedí y de hecho renunció a participar en programas donde yo estaba invitado. Solo en una ocasión, después de un encontronazo en el programa de Liliana López Foresi, “La punta del ovillo”, la producción del programa «El Periscopio» de América TV, conducido por Graciela Alfano, me hizo entrar por detrás del decorado cuando Zerpa ya estaba en el aire, así no se iba. Volvimos a colisionar, pero faltó tiempo para desarrollar algún tema: ese día la estrella era el mediático Jacobo Winograd.

En el programa “La Punta del Ovillo”, conducido por Liliana López Foresi (30-06-1995). Fabio Zerpa defiende la extrañeza de los restos del “ovni” de Ubatuba (Brasil, 1957). El editor de este blog le replicaba que la Universidad de Colorado había desestimado que el caso constituyera una anomalía. Esa presunción la mantiene un estudio posterior (Peter Sturrock, 2001).

Chispazos. Debate del editor de FactorElBlog con Fabio Zerpa, 1995.

Más adelante, cuando alguien le preguntaba por mí, Fabio contestaba que yo había sido “su alumno rebelde”. Como nunca fui su alumno, solía pensar que faltaba a la verdad para “tenerme de hijo”. ¿Acaso mentía para neutralizar mis objeciones, tratándome de discípulo descarriado? Cómo saberlo. Hoy tiendo a pensar que me pudo imaginar su alumno una vez, suponer que eso fue cierto por segunda vez, hasta que se volvió para él una verdad que solo bastaba repetir: fui testigo de esa misma deriva en su memoria cuando seguí las transformaciones de su relato en varios de los “casos ovni” en los que él se había involucrado.

Ahora bien, en las relaciones interpersonales, ese proceso que transforma la peor suposición en una hipótesis benigna, el llamado principio de benevolencia, sirve para comprender a la gente y a su entorno, a lo que representa para otros, minimizando los prejuicios, que a menudo infligen a las personas (y a sus misterios) daños irreversibles. Dejar de presumir que los seres humanos construyen sus vidas alrededor de intereses específicos (mezquinos, ambiciosos, comerciales, etc.), y empezar a verlos en su dimensión social, ayuda a comprender el tiempo, el mundo y la cultura que nos ha tocado vivir.

En el MUSEO OVNI de Victoria, 2019 (Archivo VisionOvni)

En ese tren me preguntaba, un poco a contramano de lo que le solía criticar o, mejor dicho, lo que acostumbraba cuestionar de su producción mediática, audiovisual y escrita, es si es hacer justicia reducir los aportes de Zerpa para la comprensión del tema ovni o lo paranormal, a la traducción de sus “investigaciones” en conocimientos genuinos o, dicho de otro modo, si corresponde medir lo que hizo y dijo en tanto contribuciones “científicas” para el esclarecimiento de los temas por los que se interesó, para nada limitados a la cuestión ovni: tanto sus libros, programas de radio y TV, o en “Cuarta Dimensión”, la revista que fundó y dirigió durante 18 años (1973-1991), o el portal “El Quinto Hombre”, desde 2001, incluyen su visión sobre un sinfín de temas: la invitación a “regresar a sus vidas pasadas” a las personas; la llamada “espiritualidad del Hombre Nuevo”, temas de astrología, la existencia de “reinos subterráneos” y la civilizaciones perdidas (ligadas a los orígenes de la Teosofía) o medicinas alternativas, entre otros.

Esas contribuciones, desde el punto de vista académico, nunca pueden arrojar un balance favorable: en toda su narrativa, puso sus “hipótesis de trabajo” (como le llamaba a sus especulaciones) por delante de las evidencias. Ahora bien, a Zerpa le gustaba presentarse como “universitario” y le llamaba “colegas” a los científicos, pero, acto seguido, cuestionaba la mirada científica sobre “sus” temas. En sus parlamentos públicos, por más que se apoyara en pretendidos estudios universitarios (que por otra parte no recibió), había pocos rastros de “ciencia” (incluso lo que se entendía por ciencia en los años 60). Ahora, ¿era razonable esperar otra cosa? Antes de ser “el más famoso ufólogo”, Zerpa era un actor que había salido del estrellato cinematográfico y televisivo con la fuerte motivación (a partir de una experiencia que tuvo en 1959, que contó una y mil veces) de convencer, a quien lo quisiera escuchar, que “no estábamos solos”.  Faltaban 15 años para que Steven Spielberg lanzara el eslogan con el que pasó cual topadora la taquilla. Eso, dije varias veces y lo repito ahora, es meritorio en términos culturales (pese a que muchos, como Nicolás “Pipo” Mancera, uno de los constructores de su fama inicial, hubiese afirmado que él dejó la actuación por los ovnis apurado por intereses crematísticos).

Zerpa no fue doctor en Historia. Hizo un profesorado con orientación en Historia en el Instituto Alfredo Vázquez Acevedo, un colegio secundario de Montevideo.
Imagen: Entrevista publicada en Revista Perlas y cuevas, 5 de mayo de 1979

Zerpa tampoco fue cabalmente el pionero, asegurarlo sería desmerecer el papel de Ariel Ciro Rietti (1923–2001) y Cristian Vogt, fundadores de la Comisión Observadora de Ovnis en 1956. Lo innegable es que sus intervenciones tuvieron más impacto que las de sus predecesores. En 1966, cuando comenzó a conducir el programa radial «Más Allá de la Cuarta Dimensión», no era mainstream apostar a la existencia de extraterrestres ni, mucho menos, hacer de esa búsqueda una vocación. Sus afirmaciones basadas en relatos más bien anecdóticos sobre las peripecias de campesinos sorprendidos o de automovilistas asustados por la visión de seres o naves de otros mundos, estaban a contracorriente de lo establecido: parte del periodismo, la comunidad científica e instituciones como la Iglesia Católica (con la única excepción del sacerdote jesuita Segundo Benito Reyna, quien también debía lidiar con una jerarquía eclesiástica que le puso dificultades) eran campo minado. Su discurso tenía la tersura del papel de lija en los ambientes académicos, donde los dueños de las verdades oficiales rechazaban o ridiculizaban a todo lo que se dijera sobre los extraterrestres, aunque procediera de fuentes de la propia academia.

El único bálsamo fue el impacto popular de sus intervenciones, medido por el creciente interés que estos temas despertaban en los medios de difusión masiva. Esa tendencia se empezaba a percibir a fines de agosto de 1968, cuando Zerpa se puso al hombro el Primer Seminario de Estudio Integral del Fenómeno Ovni, que sesionó en el Aula Magna de la Facultad de Medicina de Buenos Aires, el cual dio pie a la creación de la ONIFE, génesis del nacimiento, en 1973, de la revista «Cuarta Dimensión». (Fuentes: “Los Platos Voladores. Apasionante debate sobre ovni a nivel Universitario” en La Razón, Buenos Aires, 31/8/68; “Los OVNI ‘entraron’ en la Universidad”, en Crónica, Buenos Aires; 1/9/68).

Si bien la popularidad de los “platos voladores” estaba en alza y había logrado reunir a profesionales más o menos destacados dentro de su organización, Zerpa estaba bastante solo. Pipo Mancera desde “Sábados Circulares”, Américo Barrios desde sus columnas en el diario “Crónica”, Alejandro Vignati y Eduardo Azcuy desde 2001. Periodismo de Anticipación eran parte de ese puñado de excepciones. Eran compañía y no “competencia”, pues aquellos compartían su entusiasmo con otros, menos cósmicos. Zerpa concretó, gracias a la popularidad que le dio el teatro y la televisión, un proyecto que hasta entonces nadie había intentado: montar un espectáculo audiovisual a través de diapositivas, y una locución adecuada, las preguntas sobre “el fenómeno ovni” y “el hombre y sus misterios” en formato documental. Así comenzó un largo periplo de presentaciones a través de teatros de la Argentina, siempre precedidas de entrevistas en programas televisivos de gran alcance.

«Cuarta Dimensión. Recuerdos del Pasado Futuro» (Arandojo, 2013). Zerpa cuenta la historia de «Cuarta Dimensión». Jura que colaboró con la revista «2001», pese a que no ha figurado en el staff. Se dice mentor del eslogan «Periodismo de anticipación», que luego adoptaría su revista.

Zerpa nunca fue un recopilador equidistante ni un investigador más o menos neutral. Fue un apasionado transformador de las historias en las que se involucraba personalmente y cuya realidad exaltaba con afirmaciones contundentes. Hay muchos ejemplos de esto. Los casos más fuertes que presentaba en audiovisuales o entrevistas eran versiones mejoradas del relato de los testigos. En ocasiones intervenía crudamente en la vida de las personas que se prestaban a sus interrogatorios, como ocurrió con Dionisio Llanca, a quien sometió a sesiones de sofrósis para que “recordara” una experiencia que en su relato consciente lucía pobre en detalles, o con Julio Platner, quien casi fue víctima de una emboscada donde, según el propio protagonista, fue empujado a sesiones hipnóticas sin estar convencido de que esa experiencia fuera buena para él.

La estructura de los informes de Zerpa poseían los atributos que sus propios esquemas ponderaban como “casos genuinos”. Las historias debían cumplir cuatro “pautas de comportamiento”: un espejo de agua cerca del camino, bosques donde ocultarse, vías férreas y redes de tendido eléctrico. Si alguna de esas condiciones no se cumplía, su credibilidad bajaba (aunque era raro que no se cumplieran, salvo que el avistamiento hubiese tenido lugar en El Valle de La Luna o el desierto de Sahara). Pensándolo bien, la idea de Zerpa no era mala: considerar un “comportamiento” (de esos presuntos fenómenos) a partir de la escena o el entorno de la experiencia parecía “liberar” a los testigos de su propia subjetividad. Y aunque sus admoniciones no constituyeran indicio material alguno, ya que tales correlaciones bien podían ser caprichosas, le daban a sus conclusiones una pátina de cientifismo (cientifismo que, por otra parte, desestimaba). Lo que conviene preguntarse es ¿acaso Zerpa pretendía proporcionar pruebas sobre la realidad de aquellas supuestas manifestaciones anómalas? ¿O, simplemente, buscaba impacto narrativo, usar palabras y conceptos que reforzaran su verosimilitud?

Fabio Zerpa y el abducido Julio Platner, 1983.

Fragmento de una entrevista en Boomerang, 2009. Reveladora referencia al caso Peccinetti-Villegas sobre la puerta del Chevrolet 1934 en el programa de Pipo Mancera.

En 1978, en una entrevista de Hugo Asch para la revista «Gente», admitió: «Trato de ser un poco actor para crear un clima especial en mis exposiciones. Eso ayuda mucho a mi espectáculo». En 2011, en una entrevista a la revista La Palabra, Zerpa declaró que no extrañaba sus composiciones actorales porque seguía siendo un “monologuista”. El espacio donde se sentía más cómodo era aquel donde le era permitido desarrollar sus ideas sin interrupciones y, en lo posible, sin la presencia de otros “actores” que pudieran ensombrecer el despliegue de sus interpretaciones personalísimas sobre, por ejemplo, “la irrefutable naturaleza extraterrestre de esas naves prodigiosas que pueden venir de otro planeta, pero también del futuro de la humanidad”. 

El desarrollo de sus casos de cabecera deberá ser materia de otro tipo de análisis. Zerpa solía quedarse con las primeras y más sensacionalistas versiones de cada caso, afirmación que recorre la totalidad de su bibliografía y en sus cuatro o cinco casos favoritos (Trancas, Llanca, Vidal, 17 de septiembre de 1985, entre otros), que ha copipasteado sin revisiones en sucesivos libros y donde no hace la menor alusión a los ocasionales cuestionamientos o contra-argumentos de sus críticos.

Otro aspecto destacado de su estilo era su ombligocentrismo toda vez que miraba hacia atrás su papel en la historia de la ovnilogía: Zerpa afirmaba haber acuñado “la primera definición de ovnis, que sigue siendo la única, hasta ahora, en el mundo, a los que definí como naves extraterrestres piloteadas o dirigidas por seres inteligentes de conformación antropomórfica”, se jactaba de haber co-creado con el Dr. Guillermo Terrera el Triángulo de Fuerzas de la zona Uritorco, afirmaba haber acordado con el Dr. Joseph A. Hynek establecer “una cuarta categoría” en la clasificación clásica de Encuentros Cercanos (según él, convenció a Hynek de que las abducciones constituían Encuentros Cercanos del Cuarto Tipo) y llegó a ponerse a la par con Carl Sagan cuando aseguró que el astrofísico le cuestionó en la TV norteamericana su idea sobre «cuán avanzada estaba la tecnología de los extraterrestres». (Las ideas que acostumbraba atribuir a Hynek y Sagan son bastante incómodas porque no solo son citas que no constan en ninguna bibliografía sino que se refieren a personas imposibilitadas de desmentirlas).

Zerpa también ha innovado en el turismo místico regional. En 1990 comenzó a organizar viajes guiados a los llamados lugares energéticos como el ya mencionado “Triángulo de Fuerzas de Córdoba” (Cerro Uritorco), Cataratas de Iguazú, México y Perú. Su idea, transmitida a muchos participantes, era que en sus travesías los viajeros se recuperaban espiritualmente. «Al tener un caudal de energía más abierto puede conectarse más fácilmente con los extraterrestres». («Fabio Zerpa revela los asombrosos Triángulos Energéticos Argentinos. Más impresionantes que el de las Bermudas»”. Rev. Antena, 31/5/1991).

Sólo organizó unos pocos encuentros o congresos, y los más populosos tuvieron lugar en el Teatro General San Martín en la década del 70.

En mayo de 1991, en el Centro Cultural San Martín, cubrimos el “Segundo Congreso Místico Internacional Panamericano” (que dio lugar a una nota nuestra en Página/12, reeditado aquí). Desde el año 2.000 empezó a peregrinar en calidad de invitado ilustre u homenajeado a numerosos eventos, especialmente en Capilla del Monte, Córdoba.

Podemos seguir debatiendo a Fabio Zerpa, habrá tiempo para seguir haciéndolo, creo que ese es el mejor homenaje posible en los espacios donde se reflexiona sobre estos temas, desde los propios de la “comunidad de ufólogos” o el de las publicaciones académicas.

Si bien dentro del campo de las ciencias humanas se multiplican los aportes desde la historia, la sociología, la antropología y la filosofía de la ciencia a propósito del debate que instalan estos supuestos fenómenos, los movimientos sociales que han generado y la atención de los medios, en la Argentina el camino apenas acaba de comenzar con trabajos como los de Alejandro Otamendi, Hernán Comastri, David Sheinin, Fernando Soto Roland o Sebastiano De Filippi.

Sería deseable seleccionar, catalogar y resumir el ingente material producido por Zerpa a lo largo de medio siglo para estudiar la influencia de su pensamiento, las ideas que volcó a través de los medios que tuvo a su disposición y los estereotipos sociales que contribuyó a forjar a través de sus opiniones categóricas, sus investigaciones y sus experiencias personales. A esta altura, a nadie que conozca el tema se le escapa que su rol no ha sido el de un mero difusor: por su fuerte presencia “ha creado agenda”, ha sido, incluso por oposición, agente de inspiración y en ocasiones, por su mera intervención, hizo posible que algunos acontecimientos cambiaran de rótulo e incluso de rumbo. Basta recordar su opinión sobre “la misteriosa desaparición” de la familia Pomar o la certeza con que pregonaba la intervención de una tecnología exótica cuando la histeria de mutilaciones de ganado en 2002, entre otras.

Afiche de conferencia (1970).

En este post quisimos dejar asentado, pese a las diferencias de opinión y más allá de la simpatía que nos ha despertado la persona, que sería relevante fomentar estudios sobre la incidencia de las narrativas e imágenes que Zerpa proyectó en la cultura popular, lo cual será posible si facilitamos el acceso a materiales potencialmente útiles para esos estudios pendientes.

Un primer paso podría ser restituir al dominio público la digitalización de la colección completa de Cuarta Dimensión, publicada en su día por el realizador Diego Arandojo, la cual, sin motivos conocidos, un buen día desapareció de la web. Podría existir el interés de comercializar la digitalización de esos ejemplares. Si no es así, tenemos el antecedente el ciclópeo trabajo de recopilación iniciado por Isaac Koi para Archives for the Unexplained (AFU), que gracias a la colaboración de muchos investigadores, actuales y retirados, aloja el repositorio digital más completo del mundo. El archivo (que contiene muchas publicaciones argentinas, chilenas y españolas) se encuentra en permanente actualización.

UN DOCUMENTO
Buenos Aires, 2 de mayo de 2009, Feria del Libro Del Autor Al Lector. Presentación de la autobiografía «Fabio Zerpa tiene razón» por Marcelo Daniel Gil (Ed. Atlántida, 2009). Junto a Fabio Zerpa estaban Miguel Padilla, presidente de la Asociación Argentina de Actores, la locutora Daisy May Queen, Jorge Garaycochea y Juan Carlos Mesa. En ese momento «para y sobre él» no fue acompañado por ufólogos ni habló sobre ovnis: se refirió a su amor por el tango y a sus amigos del ambiente artístico. (Grabación del editor de este blog).

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Entrevista a Alejandro Agostinelli por Alberto Bacigaluppo en «Que no se entere Mamá» (Radio Ciudad AM1110, 30/11/2019).

Radio Universidad. Entrevista a Alejandro Agostinelli. «Significó mucho para el patrimonio simbólico de los argentinos. Su nombre está asociado a la creencia en los extraterrestres. Deja una marca muy importante».

Una vida entre platillos

Fabio Zerpa «científico», su papel menos convincente

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  1. Hola, Alejandro. Respecto a la digitalización de «Cuarta Dimensión», ignoro por qué la retiraron de la web oficial de Fabio en su momento. Fue un trabajo realmente ciclópeo, que me demoró mucho tiempo. Hay que aclarar que, por pedido expreso de Fabio, solo se escanearon las notas que aparecían en portada y luego, ya por sugerencia mía, la sección de «humor», porque eran espectaculares los chistes. Todo surgió a raíz del documental sobre la revista que hicimos con Fabio, y que quedó muy contento con el resultado. Volviendo sobre qué pasó con las revistas digitalizas, anduvieron (y andan) pirateadas por la web. A nivel personal, Fabio siempre fue muy cálido y respetuoso conmigo. Incluso en algunas diferencias de opiniones, durante los años que trabajamos juntos. Luego, problemas de salud y otros mediante, nos distanciamos. Pero le guardo un gran cariño.

  2. Posdata: respecto a la revista «2001», cuando trabajé en la digitalización de «Cuarta Dimensión», pude ver en el archivo de Fabio los tomos encuadernados de toda la colección de «2001». Por tanto alguna conexión debía haber, evidentemente. Saludos.

  3. ¡Gracias Diego! Yo también tengo dos tomos encuadernados de «2001», que atesoro, y mi única conexión fue el amor que siento por esas revistas. De la redacción Zerpa tenía buena relación con Eduardo Azcuy y José Alvarez López. Siempre me llamó la atención que su despegue con el tema coincidiera con el lanzamiento de la revista y nunca lo hubiesen mencionado. Sería interesante comprobar si es cierto, como él dice, que firmaba con seudónimo. También si hizo un uso apropiado del slogan «Periodismo de anticipación», que caracterizaba a la revista dirigida por Enrique Loiacono y Enrique Llanas -este último probablemente, es el único en condiciones de confirmarlo, pero desde 1989 no sé nada de él.

  4. Gracias Diego, será cuestión de consultar a sus herederos. Sí, yo había descargado algunos pdf disponibles en https://www.scribd.com/ y muchos están incompletos. Saludos!

  5. Muy buena nota Ale, me gusta esta especie de arqueología sobre los primeros casos y divulgadores de los ovnis. En una época bastaba hablar seriamente y tener traje para parecer alguien autorizado para hablar (ahora con youtube y un micrófono alcanza y sobra). Lo que me parece muy interesante es pensar que en los 60s, cuando el tipo empezó a hablar de extraterrestres visitando la tierra, podía llegar a sonar hasta razonable. Digo, eran ideas disparatadas, pero se podría pensar que existía una posibilidad. Los científicos tenían muchísima menos información de la que tienen ahora sobre el espacio y la capacidad para estudiar qué eran los ovnis era menor. Supongo que en aquella época se podía chamuyar con estos temas muchísimo más que ahora, ya que el acceso a la información científica era muy difícil. Hace poco leí un libro de Zerpa llamado «Ellos, los seres extraterrestres» y me dio mucha risa el intento de dar aspecto científico a las giladas que decía.

  6. Uno de los mayores comerciantes de humo… iba a decir «que dio nuestro país», pero ni eso, porque era uruguayo. Más allá de su eventual simpatía o carisma, es hora de que se coloque en su justo lugar a impresentables totales como Zerpa, Romaniuk o Terrera. Lamentablemente no suele suceder (inclusive usted, Agostinelli, ha sido demasiado amable con él en esta nota… se ve que con los años se va ablandando…).

  7. Entonces no ha entendido el plan, estimado Emilio. Mi idea no es ser amable ni odioso. Solo trato de ser justo. Desde luego, acepto que mi esfuerzo por encontrar un equilibrio nunca va a complacer a todo el mundo; pero complacer a todo el mundo, si bien sería lindo, tampoco es mi objetivo. Saludos.

  8. Soy clase 1975, corría el primer lustro de la década de 1980 ,y por aquellos años los sábados a las ocho de la noche mi viejo se apoltronaba en su silla abrazado al radiograbador Philips traído por mi abuelo de Italia, para escuchar «Amigos de Huracán» con Cacho Di Nome. Lamentablemente no recuerdo por cuál emisora. Sí recuerdo que cuando terminaba el largo lamento sobre la realidad del equipo, que era aquel programa, llegaba uno que absorbía mi atención. «Más allá de la cuarta dimensión» con Fabio Zerpa atrapaba la atención de toda la familia. Envuelto en un halo de misterio con música acorde y la vos profunda del locutor que hacía la presentación, llegaba aquella magia que hacía que nadie encendiera el televisor hasta el final de la emisión. Quizás por sus dotes de actor o por su convicción sobre la cuestión, sus relatos me resultaban fascinantes. Encuentros cercanos de gente común como podía ser mi familia, aventuras maravillosas y espeluznantes a la vez. Mi piel de gallina al oírlo es la sensación física que más recuerdo. El tiempo fue pasando y a medida que el pensamiento lógico y racional me iban mostrando el sendero de la realidad, aquellas historias fueron perdiendo credibilidad. Será discutible si Zerpa se creía sus historias(yo estoy seguro que sí) o si los viajes al Uritorco eran «curros» para «facturar» o si formaban parte de sus convicciones. En definitiva nadie es perfecto y quien esté libre de pecado que arroje la primera piedra. Lemmy Kilmister dijo que «Una buena banda no es Aquella que te hace mover un rato el pie, sino que además es aquella que desata tu imaginación» yo usaría esa idea modificada para decir que un buen contador de historias no es aquel que más se apega a la realidad sino aquel que desata tu imaginación. Fabio Zerpa despertó mi curiosidad a temprana edad y eso se lo adeudaré por siempre. Incluso con la veracidad de aquellas historias desbaratada por la lógica, no me arrepiento de haberlas creído. Imagino a un niño del siglo XIX maravillado por Julio Verne o HG Wells, eso fue Fabio Zerpa para mí

  9. Estimado Leonardo: pronto publicaremos tus emotivas reflexiones como un post.
    GRACIAS POR ESTAR, valga el doble sentido

  10. No puedo evitar una fe de erratas. Puse «vos del locutor» donde debí poner «voz del locutor» perdón por el error y perdón por volver a escribir sólo para remarcarlo, pero soy un poco obsesivo con las faltas de ortografía. Y a veces estos teclados predictivos atentan contra la escritura. Gracias

  11. Felicitaciones por la nota, me parece que lo pinta a Fabio Zerpa tal como era. Cuando era muy chico me fascinaba, y llegué a tener alguno de sus libros. A finales de los ’80 fue a dar una charla a Puerto Madryn, en la escuela Nº42, y fui a verlo. Allí apareció, hablando con toda la seguridad y las evidencias, al menos para mí que tendría unos 12 años en aquel entonces, de la ciudad perdida de Akakor, en el Amazonas, y de la existencia de un «triángulo» de energía en el Golfo Nuevo. Yo salí deslumbrado de aquella charla. Pocos años después me iría desengañando de a poco de la gran actuación de Zerpa. Pero sin duda Zerpa evoca un momento de la historia, particularmente para los que eramos chicos en aquel tiempo, en dónde todo parecía posible, y donde los ETs estaban a la vuelta de la esquina, atrás de cada luz que se moviese en el cielo.
    Saludos

  12. Realmente — no me interesó la «teoría OVNI» de Zerpa — solo decir que él se nutrió de las ideas de Cándido del Prado — un serio investigador y maestro esotérico que aparece en varias fotos con Zerpa — Gracias —- 28 12 2021

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El que prescribe

Alejandro Agostinelli, editor de este blog, es periodista desde 1982.

Fue redactor de las revistas Conozca Más, MisteriosEnciclopedia Popular Magazine Gente, y de los diarios La prensaPágina/12. Fue uno de los impulsores de la Fundación CAIRP y escribió y asesoró a la revista El Ojo Escéptico. También fue productor de televisión en Canal 9 y América TV. Fue secretario de redacción de las revistas de divulgación científica Descubrir NEO y fue editor de una docena de colecciones de infomagazines para la revista Noticias y otras de Editorial Perfil. Últimamente ha colaborado en las revistas Pensar, publicada por el Center For Inquiry Argentina (CFI / Argentina), El Escéptico y Newsweek.

Fue creador del sitio Dios! (2002-2004) y del blog Magia crítica. Crónicas y meditaciones en la sociedad de las creencias ilimitadas (2009-2010). Es autor de Invasores. Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Random House, 2009).

Asesoró a Incoming, el noticiero de Canal Infinito (2009-2011) y escribió la columna Ciencia Bruja en Yahoo! Argentina y Yahoo! español (2010-2012). Asesoró a las productoras SnapTv y Nippur Media en la producción de documentales históricos y científicos para NatGeo (2011-2013).

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