“Es impresionante la cantidad de marcianos que andan sueltos por ahí”

Nadie espera un libro de un autor desconocido. Tal vez por eso colmó de sorpresa, intriga y curiosidad la salida de Encuentros con extraterrestres en Chile, de Sebastian von Kleist, quien afirma ser ingeniero de profesión y presume de doble nacionalidad chilena y alemana. Fascinado con las historias de humanoides, cree haber cumplido un sueño publicando su primer y tal vez único libro. Patricio Abusleme, autor de La Noche de los Centinelas (Terra Incógnita, 2010), entrevistó a Von Kleist para Factor 302.4

Por Patricio Abusleme

Aunque Chile en ocasiones ha sido mencionado como uno de los países con mayor cantidad de avistamientos de ovnis, la ufología chilena en la actualidad no se destaca precisamente por su calidad.

Salvo honrosas excepciones, los autodenominados ufólogos parecen estar consagrados a discutir por nimiedades en las redes sociales, a destruir casos que “investigan” debido a su falta de preparación y a pasar por alto publicaciones relevantes, aun las que tienen que ver con sucesos enigmáticos ocurridos en su país.

La edición de boletines, revistas o libros son pocas, en términos comparativos, y muchos aficionados a los ovnis en Chile parecen poco dados a volcarse a las letras y prefieren ir a pasar frío en vigilias en la montaña, jurando que están haciendo “trabajo de campo” y con el argumento de que la ufología “hay que vivirla”.

Por eso, ante un contexto tan poco alentador, resulta extraordinario ver la publicación del libro Encuentros con extraterrestres en Chile, del hasta ahora virtualmente desconocido Sebastian von Kleist, que se identifica como un ingeniero chileno-alemán nacido en 1971 con una fascinación desde temprana edad por relatos de avistamientos supuestamente reales de entidades asociadas a los OVNIs.

En 366 páginas, Von Kleist realiza una compilación de 231 casos de encuentros con humanoides en territorio chileno entre 1927 y 2017 tras un enorme trabajo de búsqueda en periódicos, hemerotecas y libros, además de contactar a los testigos cuando eso fue posible.

Desde el sur de Chile, donde se encuentra de paso antes de regresar a su natal Worms (Alemania), el autor tuvo la gentileza de responder algunas preguntas sobre el libro, disponible en Lulu.com y en otros canales de la Editorial Coliseo Sentosa.

-¿Cuándo y cómo nació su interés por la ufología?

-Por razones de trabajo, mi familia se vino a vivir al sur de Chile cuando yo era pequeño. La oleada de 1978-1979 me marcó mucho, aun cuando yo era muy pequeño. En mi casa siempre había al menos un periódico, y yo coleccionaba noticias de ovnis. Tiempo después, mi papá empezó a traerme de sus viajes a Alemania la revista UFO-Nachrichten, que era más bien contactista, espiritual. Eso me aburría un poco, pero conocer esa vertiente (y descartarla) hizo que me interesara más en historias de humanoides. Bueno, en 1978, cuando yo tenía 7 años, aparecieron noticias de avistamientos de extraterrestres en el norte de Chile que me marcaron mucho. Desde entonces hice de la colección de recortes de prensa una afición casi enfermiza.

-¿Qué lo llevó a trabajar en la compilación de un libro con casuística de humanoides en Chile?

-Precisamente la emoción, la intriga, de esos casos de 1978, que fueron varios en el mes de agosto, me hizo decantarme por la colección de cualquier cosa ufológica, pero muy especialmente de casos de humanoides. Nunca pensé escribir un libro, solo era un niño coleccionando recortes. Un excéntrico, porque la mayoría de los niños juega con autos o al fútbol. Yo no. Yo miraba revistas de ovnis, aunque en realidad en Chile no había mucho y me vi muy beneficiado en ese sentido por los viajes de mi papá.

Muchos años más tarde intenté ordenar esa colección y empecé a introducir los casos en un documento en la computadora. No me di cuenta cuando ya tenía como 100 casos y dije “pues bien, llegó la hora de catalogarlos”. Fue algo natural, yo creo.

-¿Cuánto tiempo le tomó ese trabajo y a qué tipo de fuentes recurrió? ¿De dónde sacó la información?

-Dedicado 100 por ciento a la escritura, poco menos de un año. Pero si contamos todo el tiempo que he coleccionado recortes, hablamos de varias décadas. La información salió casi toda de revistas y libros antiguos, y para ponerme a tono con la modernidad, que no es mi fuerte (hasta hace poco no tenía Facebook y entré a Twitter buscando a un testigo), empecé a registrar los casos que aparecían en páginas web. Para el libro recurrí a todas esas fuentes, además de pedir ayuda a algunos investigadores chilenos por intermedio de un amigo y, además, ubiqué a algunos testigos. Rebusqué en todas partes, fue un trabajo detectivesco que me entretuvo mucho.

También hubo varias salidas a terreno para conocer los lugares donde se dieron los casos, casi todos ellos de hace varios años. Quería estar donde estuvieron los testigos, y para eso aproveché los viajes que cada tanto debo hacer a Chile. Viajé mucho gracias a este libro.

-¿Qué esperaba encontrar al iniciar el trabajo y qué halló en el camino? ¿Se encontró con algún dato inesperado, que lo haya sorprendido o que le haya llamado especialmente la atención?

-Esperaba encontrar patrones, pero especialmente respuestas y explicaciones. Y creo que eso fue posible en varios casos, aunque en otros no se pudo porque la información es muy vaga, inexacta o ambigua. Estamos hablando en esencia de testimonios antiguos sobre los que es muy difícil volver a indagar. Me llamó la atención, aunque era algo esperable, el vínculo directo e innegable que existe entre la cantidad de reportes y la presencia de un ufólogo conocido. O sea, el pueblo más pequeño que cuente con un aficionado a los ovnis con acceso a la prensa tendrá garantizada una elevada cantidad de humanoides dando vueltas por ahí. Después no me digan que estos seres vienen de otro planeta, por favor.

-A partir de comentarios en el libro, se deduce que usted tiene una postura y mirada crítica sobre el tema. ¿Tiene alguna teoría personal respecto a por qué se generan y publican historias de este tipo en los medios? Me ha llamado la atención que muchas de ellas son muy parecidas a relatos provenientes de otros países.

-Yo creía que los extraterrestres nos visitaban. Claro que sí. Pero con el tiempo, y conociendo casos, fui adoptando una mirada más descreída, porque me encontré con testimonios tergiversados, gente que buscaba figuración o fraudes. Uno termina desilusionándose. Yo nunca he estado relacionado con la comunidad ufológica precisamente por eso. Me decepcioné de las cosas que oí en los pocos congresos a los que asistí de adolescente en Chile y ya mayor en Alemania.

Mi tesis es que los ovnis responden a un fenómeno social donde cualquier estímulo extraño o difícil de clasificar se mete al saco de “lo ufológico”, donde entran luces en los cielos, apariciones nocturnas de seres inclasificables, círculos en los campos de trigo, tiempos perdidos, implantes marcianos, hallazgo de anillos bajo el mar, etcétera. La gente ve cosas, de eso no tengo dudas. Que esas cosas sean las que los ufólogos dicen que son… bueno, ahí sí tengo mis dudas. Y se publican en los medios en la medida que la prensa ve en estas noticias un elemento llamativo y potencialmente explotable.

Pero mi revisión de los casos dejó algo en claro: cuando el tema aburre, es dejado rápidamente en el olvido. Y sí, hay muchos casos que son calcados de otros publicados en el extranjero. No sé si sean copias, pero se repiten patrones: avistamientos en la noche en medio de un dormitorio, o en un bosque oscuro, o en carreteras. Es interesante. Las historias de amigos que salen de paseo al bosque y se encuentran con extraterrestres son pan de cada día, es impresionante la cantidad de marcianos que andan sueltos por ahí.

DESCOMUNAL. 231 casos entre 1927 y 2017 y un minucioso trabajo de búsqueda en periódicos, hemerotecas, libros y testigos. El resultado: 366 abigarradas páginas de historias alucinantes sobre los extraterrestres en Chile, y tratándose de ufología cuando uno dice Chile dice el mundo.

-De los más de 200 casos que compiló en el libro, ¿hay alguno que sea su favorito? ¿Alguno que lo intrigue en particular?

-Hay varios que me parecen curiosos. Hay una señora que menstruó de color verde tras ver un alien. Otra que vio a unos marcianos en el patio de su casa y les dijo telepáticamente “los quiero” y ellos le respondieron “nosotros también”. En otro los ET pidieron llevarse vegetales de un huerto, o conejos angora o un vaso de agua. En uno el testigo les dijo que no quería viajar con ellos por el espacio porque “la teoría de la relatividad me lo impide” y su familia, además, podía echarlo de menos.

Pero mi favorito es el llamado “caso Huamachuco”, que se lo pelean los ufólogos en Chile y sigo sin entender por qué. Es tan abiertamente ridículo que me daría vergüenza defenderlo. Como expresión de humor es notable: un señor fue masturbado por una marciana rubia que después pilotaba una nave que fue abatida por un rocket disparado por el mismo señor que fue masturbado. En la nave había otras dos mujeres: una morena y una colorina. Los extraterrestres, que resultaron ser ummitas, secuestraron a decenas de soldados. Hubo un verdadero enfrentamiento que mereció la visita del dictador Augusto Pinochet, quien abrazó al soldado masturbado y lloró con él. Después llegaron agentes estadounidenses que fueron engañados por los chilenos, porque había un pacto con Israel. La historia es tan mala, y graciosa a la vez, que a su autor yo lo llevaría a contar chistes a la televisión.

De cualquier modo, todos los casos me parecen interesantes por alguna razón u otra, y si bien ninguno me intriga especialmente, todos son dignos de atención. Yo a veces pienso que ninguno me quita el sueño porque leí tantas historias desopilantes que al final me volví inmune a la sorpresa ufológica.

ALIEN DATA ZOO. Entre 1964 y 2017 siempre hubo al menos un reporte de avistamiento de humanoides en Chile. Solo hubo dos curiosas excepciones: 1992 y 2005. 1968 y 1978 fueron los años con más casos: 12 cada uno. Fuente: Encuentros con extraterrestres en Chile.

-¿Tiene usted alguna opinión de la ufología, y de los ufólogos, en Chile y Alemania que quiera compartir?

-En general he estado muy poco vinculado a la ufología, y solo en el último tiempo he entrado en contacto directo con algunos expertos, pero muy contados, de quienes he leído cosas que me parecen muy interesantes. Lo que pasa es que, francamente, los ufólogos me dan un poco de miedo. Algunos dicen cosas que no sé si nos están tomando el pelo o de verdad se creen lo que dicen. Por eso nunca pude entrar en la llamada “comunidad”, no me sentiría cómodo. Tiene que ver con rasgos de mi personalidad también, más bien solitaria.

En Alemania las cosas son bastante parecidas a las chilenas, aunque existe una producción literaria mucho mayor y variada, y una riqueza que en este lado del mundo es desconocida debido a la barrera del idioma. Aun así, grandes clásicos, como el de Billy Meier, vienen de la zona germanoparlante. Ni hablar de Erich von Däniken. Otros, como Michael Hesemann o Johannes von Buttlar, vieron que el tema ovni ya no daba mucho de sí y se dedicaron a escribir sobre otros “misterios”, algo parecido a lo que hizo Juan José Benítez en España. O sea, en todas partes la cosa es más o menos parecida.

-¿Hay algún autor particular que haya influido en su trabajo o punto de vista sobre el Fenómeno OVNI?

-El alemán Ulrich Magin hizo un extraordinario catálogo de encuentros cercanos del tercer tipo en Alemania que, de alguna forma, me sirvió de guía. También Klaus Webner, que escribió un único libro sobre fotos de ETs y luego se retiró de la ufología. Un modelo a seguir, creo yo. En Chile, el trabajo pionero de Pablo Petrowitsch siempre me llamó la atención. Hizo mucho desde la precariedad. La forma en que trabajaba Walter Werner (1957-2016 ), un ufólogo crítico alemán, era notable. Pierre Lagrange hace un trabajo sociológico extraordinario. Y en España, siempre fui muy respetuoso de la Fundación Anomalía / Íkaros, con la que siempre quise colaborar. Hay mucha gente destacable, en realidad. Sobre fotos de humanoides para mí, el mejor, es el mexicano Luis Ruiz Noguez, que me concedió el honor de prologar mi libro.

-¿Qué opinión tiene de la ufología actual?

-Está en una fase decadente, diría yo. Pero si algo me ha mostrado la experiencia de revisar prensa a lo largo de tantos años es que el fenómeno ovni es cíclico y nunca ha estado cien por ciento muerto. Creo que mientras haya ufólogos, habrá ufología, y aunque la actividad de los ovnis está floja, la de los ufólogos sigue en pie. Pese a ellos, la ufología sigue siendo algo hermoso, especialmente para quienes gozamos coleccionando historias.

-¿Contempla editar algún otro libro sobre ufología, sobre algún tema o caso específico dentro de la ufología, o sobre algún otro tema que sea de su interés?

-No lo sé, Patricio. Este libro es casi una casualidad, se fue escribiendo solo durante años. Lo único que me exigió fue ponerle más atención en el último tiempo para darle forma. Fue un proceso casi espontáneo, y no sé si algo así se podrá repetir. Mi interés principal en la ufología son los humanoides y específicamente los casos chilenos. Quizás podría ahondar en casos específicos, profundizar en ellos… Es una idea tentadora. De cualquier modo, lo que me interesa especialmente ahora es precisar más los casos que ya están en el catálogo y agregar otros que, por la naturaleza del esfuerzo que implica compilar todos los encuentros cercanos del tercer tipo, puedan haber quedado fuera. Ese es mi desafío por ahora, ser más específico con la información.

LUIS RUIZ NOGUEZ dejó en claro por qué es una obra ineludible en esta reseña.

Encuentros con extraterrestres en Chile está disponible en Lulu.com

-¿Cómo pueden contactarlo los lectores?

-Yo no soy muy amigo de las redes sociales, pero tuve que abrir una cuenta en Twitter. Allí mi nombre es @SebastianJVK. Y me forzaron a abrir una en Facebook porque dicen que así se promociona mejor el libro. Mi sugerencia es que lo compren a través de Editorial Coliseo Sentosa.

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El que prescribe

Alejandro Agostinelli, editor de este blog, es periodista desde 1982.

Fue redactor de las revistas Conozca Más, MisteriosEnciclopedia Popular Magazine Gente, y de los diarios La prensaPágina/12. Fue uno de los impulsores de la Fundación CAIRP y escribió y asesoró a la revista El Ojo Escéptico. También fue productor de televisión en Canal 9 y América TV. Fue secretario de redacción de las revistas de divulgación científica Descubrir NEO y fue editor de una docena de colecciones de infomagazines para la revista Noticias y otras de Editorial Perfil. Últimamente ha colaborado en las revistas Pensar, publicada por el Center For Inquiry Argentina (CFI / Argentina), El Escéptico y Newsweek.

Fue creador del sitio Dios! (2002-2004) y del blog Magia crítica. Crónicas y meditaciones en la sociedad de las creencias ilimitadas (2009-2010). Es autor de Invasores. Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Random House, 2009).

Asesoró a Incoming, el noticiero de Canal Infinito (2009-2011) y escribió la columna Ciencia Bruja en Yahoo! Argentina y Yahoo! español (2010-2012). Asesoró a las productoras SnapTv y Nippur Media en la producción de documentales históricos y científicos para NatGeo (2011-2013).

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