Oportunismo sin crítica. Una constante entre los ufólogos que celebraron antes de investigar.

El «ovni» de Bariloche, 20 años después

Portada diario "Cronica"
«Crónica», Miércoles 2 de Agosto de 1995.

A comienzos de Agosto de 1995, los argentinos nos desayunamos con lo que todavía no sabíamos íba a ser “la gran noticia ufológica” de esa década, casi solapándose con el affaire de la muñecopsia de Roswell. Testigos de “confiablidad irreprochable”, como los ufólogos suelen considerar a los pilotos aeronáuticos, habían visualizado las evoluciones de una serie de artefactos y efectos luminosos en Bariloche en compañía de las tripulaciones de dos aviones en vuelo y personal del aeropuerto de esa ciudad.

La observación conmovió e ilusionó al público interesado, especialmente a los ufólogos y seguidores del tema que esperan con ansiedad la aparición del “ovni perfecto”. ¿Acaso el caso proporcionaría las pruebas de la incursión de naves espaciales de otro planeta en nuestros cielos?

El psicólogo Heriberto Janosch y el ingeniero Virgilio Di Pelino fueron los primeros en tomar el caso Bariloche por las astas: reunieron, merced ingentes esfuerzos, documentación provista por la Fuerza Aérea Argentina, el Aeropuerto de Bariloche y testigos del caso y, con esos elementos, comenzaron a atar cabos. Probablemente, fue la investigación sobre un presunto caso ovni más relevante que se realizó en el marco de la Fundación Centro Argentino para la Investigación y Refutación de la Pseudociencia (CAIRP).

Por todas estas razones me pareció una buena oportunidad invitar a Heriberto para que evocara sus  actuales reflexiones sobre aquella experiencia, republicar el artículo que escribió con Di Pelino en El Ojo Escéptico Nº 14 (Diciembre 1995) y subir al blog un dossier de recortes de noticias publicadas en el mes de Agosto de 1995. Estas noticias, particularmente las correspondientes al diario Crónica, reflejaron muy bien las percepción general sobre los “ovnis extraterrestres” de mediados de los noventa; si alguien quiere profundizar en la “oleada” argentina de Agosto de 1995, nuestro archivo está a disposición del primer estudiante de Sociología, Antropología, Historia o Comunicación que quiera dedicar su tesis al asunto.

A continuación, el texto de Heri Janosch:


Gaitan-Janosch
Gaitán-Janosch en Memoria, a días del «caso Bariloche».

Miles y miles de casos ovni, y ninguna nave de origen extraterrestre. La gran mayoría de los casos tienen como disparador un hecho circunstancial, algo totalmente normal aunque inesperado. Muchas veces es la mala interpretación de un avión o de un globo, de Venus o de un bólido. Otras veces se trata sólo una fantasía, o incluso de algún fraude.

Pero, claro, entre tantos miles de casos, a veces aparece uno donde concurren simultáneamente dos hechos circunstanciales. Algunas personas ven un bólido perdiéndose hacia el Oeste, justo cuando Venus está a punto de ponerse en el horizonte: “la nave venía a una velocidad increíble, se detuvo instantáneamente y aterrizó suavemente en la lejanía”. Estos casos adquieren un poco más de notoriedad.

Y, por último, están aquellos casos, muy escasos, donde los hechos circunstanciales que se dan casi al unísono, son tres o más. Y pasan a ser “el caso”, al menos a nivel nacional, los más difíciles de explicar, y los preferidos por los ufólogos. Y esto es lo que pasó con el incidente de Bariloche, el 31 de julio de 1995. El lector ya estará al tanto de los pormenores (y si no, ver Anexo al final de este artículo).

opiniones
Opiniones y preguntas. Arriba, «Crónica» y «Diario Popular» del 3/08/1995. Abajo, «Diario Popular» del 6/08/1995.

El caso Bariloche puede dividirse en (7) siete sucesos: (3) tres presuntos “efectos” relacionados con (4) cuatro informes de observación de presuntos “fenómenos inusuales”.

  1. El primer apagón producido en la ciudad de Bariloche y el aeropuerto.
  2. El mal funcionamiento del instrumental del aeropuerto.
  3. La observación de una luz por personal del aeropuerto. (1)
  4. La observación de una luz «a las once» desde el avión de Aerolíneas Argentinas. (2)
  5. La observación de un objeto con luces (o solo luces) «a las tres» desde el avión de Aerolíneas Argentinas. (3)
  6. El segundo apagón producido solo en el aeropuerto.
  7. La observación de una luz sobre el lago Nahuel Huapi desde el avión de Gendarmería Nacional. (4)

En aquella noche, en Bariloche se dieron al menos tres circunstancias inesperadas: una confusión en la posición de un avión, un apagón en la ciudad, y alguien que salió a probar un proyector de luces de una discoteca. Y no mencionemos los rumores y las exageraciones posteriores. El caso parece sólido sólo porque los ufólogos evitan hablar de ciertas cosas. Hay hechos objetivos, y testimonios subjetivos. Veamos.

Dos hechos objetivos son el corte de electricidad en la ciudad de Bariloche, y el mal funcionamiento del equipo electrógeno en el aeropuerto. Al día siguiente hablé con el responsable de la empresa de electricidad y me dijo que el corte se produjo por un “error de maniobra”, reconocido por el técnico involucrado, al manipular transformadores. El mal funcionamiento del equipo electrógeno tiene explicación: al principio estaba funcionando, pero al encender las luces de pista, a último momento, se sobrecargó y dejó de funcionar. La aguja del amperímetro primero indicó aumento de consumo por el encendido de la luces de pista, y luego se fue a cero, al dejar de funcionar. ¿Y por qué esperaron para encender las luces de pista “a último momento”? Porque sabían que el grupo podía fallar en cualquier momento. Luego que el caso se hizo “famoso” aparecieron los rumores y las exageraciones sobre instrumentos que se “volvieron locos”.

Rev FenomOvni
Ufonautas con tristeza. Esta revista, quizá la peor de la historia de la ufología, falló en su intento por aprovechar la oleada de interés que despertó el tema en 1995.

Cuando los pilotos Cipuzak y Gaitán, en el avión de Gendarmería, informan a la Torre de Control que estaban a 30-40 millas, estaban equivocados. Si hubieran estado a esa distancia no podrían haber estado detrás del Boeing 727 cuando éste estaba en la recta final, por aterrizar. El avión de Gendarmería estaba mucho más cerca. Polanco describe la “luz a las once” en principio como un avión “perdido”, pero lo descarta porque la Torre le dice que el de Gendarmería estaba “a 30-40 millas”. La “luz a las once” era el avión de Gendarmería. Pero a esa altura ya era algo misterioso.

Cuatro personas (los pilotos Polanco, Dortona y Benavente, y el técnico de vuelo Allende) estaban en la cabina del 727 cuando el ovni aparece a “80 metros del ala derecha”. Polanco describe un objeto sólido, “pulsante”, con tres luces. Dortona “luces inusuales que viajaban por el espacio”. A Benavente le dio la impresión que se trataba de “luces de un proyector”. Allende siempre fue muy confuso, y relataba los hechos con mucha nerviosismo, tanto a las pocas horas del incidente (cuando dijo que vio una luz que los acompañaba) como un año después cuando hablaba de luces en un objeto, que no logra describir. La versión de Polanco es la que más gusta a los ufólogos: su descripción es la que más se asemeja a la de una nave de origen extraterrestre. Pero, con todas esas descripciones contradictorias, de cuatro personas mirando lo mismo, durante un tiempo razonable ¿por qué se sigue hablando de “testigos altamente calificados”? No existen los testigos altamente calificados para ver ovnis, todas y todos podemos equivocarnos.

Otro piloto confirma
«Crónica», 3/08/1995

En ese mismo momento (el ovni “a las tres, a 80 metros”) miran desde la Torre y desde el avión de Gendarmería, y sólo ven el Boeing 727. El ovni estaría mucho más lejos que 80 metros entonces. Siempre se dice que “se vio al mismo tiempo desde los dos aviones y el aeropuerto”. Nunca ocurrió así. Se vio desde los dos aviones, el aeropuerto y también desde Dina Huapi, pero en tiempos diferentes.

Justamente la testigo “no altamente cualificada”, Berta Cabral, desde Dina Huapi, sin mencionar la palabra “proyector”, hace una descripción bellísima de una luz proyectada desde la ciudad de Bariloche. Y ya las demás características del caso, las “velocidades increíbles”, la “detención brusca en una capa de nubes”, el acompañamiento al avión, se ven desde otra luz … la luz de un proyector, justamente.

Polanco-Agostinelli
Polanco y Agostinelli en el programa «Memoria» (Agosto 1995)

Para terminar, no hay que menospreciar las declaraciones, poco tiempo después del incidente, del piloto de Aerolíneas Argentinas, Polanco, un testigo “altamente calificado” según los ufólogos, y que sirvieron para alimentar el mito. Las reproducimos aquí, para que el lector saque sus propias conclusiones:

«Ellos tienen sumamente controlado todo como para no perjudicar a nadie».

«Ellos estaban muy por encima de todo lo que estábamos haciendo nosotros».

«Si tomo como definición que estos objetos generan causas y efectos en cada aparición no sería para nada extraño relacionarlo [con el segundo apagón en el aeropuerto]».

«Influyó quizá la proximidad del ovni sobre el grupo electrógeno del aeropuerto y eso fue lo que provocó el corte de energía».

«Aceptaba que existía la posibilidad de esto. A partir de esto no puedo ser tan egoísta [de creer que somos] los únicos que tenemos derecho a la vida [en el universo]».

«Nadie nos puede vender que ese era un aparato hecho en la Tierra».

«Yo era un elegido, mucha gente se ha preparado para tener estos contactos, que se trasladaron a lugares específicos y no pudieron tenerlos. Están, yo los ví. Los objetos están. Quienes adentro, yo no sé».

«Hay que ser un poquito más universalista, empezar a pensar de otra manera».

«Uno percibía que haga lo que haga, aquello estaba ahí, siempre está como controlando la situación».

«Todo esto se maneja fuera de las leyes físicas que nosotros manejamos o conocemos».

«Al no tener alas, ellos se manejan en lo vertical y en lo horizontal con desplazamientos que nosotros no podemos realizar».

-Heriberto Janosch
Madrid, Julio de 2015

 

En “Memoria”, Chiche Gelblung entrevistó, el 6 de Agosto de 1995, al comandante Jorge Polanco y al gendarme Juan Domingo Gaitán. También participaron Heriberto Janosch, Alejandro Agostinelli, Juan Faillá y Antonio «talismán» Las Heras.

Heriberto Janosch
Heriberto Janosch González

Anexo: El «ovni» de Bariloche
Por Heriberto Janosch (foto) y Virgilio di Pelino. (Publicado originalmente en El Ojo Escéptico Nº 14, diciembre 1995).

El 31 de julio de 1995, aproximadamente entre las 20 y las 21 hs., las tripulaciones de dos aeronaves, un Boeing 727 de la empresa Aerolíneas Argentinas (vuelo 674) y un avión Cheyenne de Gendarmería Nacional (GN705)vivieron una experiencia con una supuesta aeronave no identificada en la zona del aeropuerto internacional de Bariloche. La tripulación del Boeing 727 estaba compuesta por el Sr. Jorge Néstor Polanco -comandante de la aeronave-, el Sr. Dortona, el Sr. Jorge Allende y el Sr. Benavente, comandante de Boeing 747 Jumbo de visita en la cabina del 727. La tripulación del avión de Gendarmería Nacional estaba integrada por el Sr. Juan Domingo Gaitán -al comando de la máquina en ese momento- , el Sr. Rubén Cipuzak y un mecánico. En las inmediaciones de Dina Huapi, el matrimonio compuesto por Berta y Silverio Cabral, quienes habían salido a comprar cigarrillos, también observaron el fenómeno. En la torre del aeropuerto se encontraba el Sr. García siendo el responsable del aeropuerto en ese momento el Sr. Jorge Oviedo, Mayor de la Fuerza Aérea Argentina (FAA).

Relato del suceso

Intentaremos reconstruir los hechos a base de las declaraciones de las personas involucradas efectuadas en el transcurso de distintos programas de televisión (1). El episodio comienza entre las 20.05 y las 20.15 hs. Cuando se produce un apagón en la ciudad de Bariloche que también afecta a las luces del aeropuerto y a los equipos de navegación ubicados en tierra en las inmediaciones. El Ing. Etchegoyen (Jefe del Distrito Bariloche de la empresa Energía Río Negro S.E.), a quien consultamos el día 2 de agosto telefónicamente, nos informó que este apagón fue debido a una falla humana en la Estación Transformadora Bariloche, que recibe energía a 132.000 voltios desde Alicurá y la reduce a 33.000 y 13.200 voltios mediante dos transformadores trabajando en paralelo. Con esta energía se alimenta a la ciudad de Bariloche y al aeropuerto. Un error de maniobra en el control de estos transformadores produjo una sobrecarga que los hizo salir de funcionamiento provocando el apagón.

Mientras se produce este primer apagón el Boeing 727 se encuentra aproximadamente en la vertical del aeropuerto a punto de iniciar los procedimientos instrumentales para aterrizar, mientras que el GN705 todavía no ha llegado a la zona del aeropuerto.

Militares confirman 3Agosto1995
«Crónica», 3/08/1995

Pasados unos diez minutos el aeropuerto comienza a abastecerse con energía propia generada por un grupo electrógeno (tanto las luces de pista como los equipos de navegación en tierra) y la torre le indica al 727 que inicie los procedimientos para aterrizar. El 727 inicia entonces un alejamiento aproximadamente hacia el este desde la vertical del aeropuerto, unos 27 km. en descenso. Es en este alejamiento que desde el 727 se observa una luz «a las once» , es decir delante y un poco a la izquierda de la nariz de la aeronave. El Sr.Polanco consulta entonces a la torre para confirmar si ellos registran un tránsito en las inmediaciones. Desde la torre le contestan que no, que el único tránsito registrado aparte de ellos es el GN705 aproximadamente a unos 60 km. Desde el 727 se hacen señas con luces a esta luz no identificada creyéndose que se trata de una aeronave no registrada por la torre de control y que tiene problemas con la radio. Diez segundos después la luz disminuye de intensidad y se mantiene aparentemente estática frente al avión. Enseguida el 727 inicia un viraje a izquierda para ubicarse en la senda de planeo final para aterrizar. Es en este descenso donde el Sr. Polanco observa a su derecha a una distancia que él estima entre 40 y 80 metros un supuesto objeto en forma de plato invertido con luces verdes en los extremos y una luz anaranjada en el centro que impide ver la estructura media del mismo. Un punto importante a destacar: de todas las declaraciones a que tuvimos acceso solamente en la del Sr. Polanco se describe un objeto, en el resto se habla sólo de luces. En particular el Sr. Jorge Allende, quien se encontraba en la cabina del 727 junto al Sr. Polanco, describe haber visto sólo una luz muy fuerte con colores verdes y naranjas que se aproximó mucho al avión y desarrolló una «velocidad muy difícil de imaginar»; al final esta luz se apagó.

Memoria
Testigos, ufólogos, periodistas y escépticos en «Memoria»

Es interesante notar que el Sr. Polanco fue el que menos atención pudo prestarle al fenómeno pues se concentraba, según sus propias declaraciones, en los instrumentos de su avión y en la maniobra de aterrizaje. Sin embargo describe un objeto con luz. Más adelante veremos que esto es coherente con sus creencias previas al incidente. Mientras ocurre el hecho el Sr. Gaitán y el Sr. Cipuzak desde el GN705 avistan al 727, pues esperan que el mismo aterrice para ingresar ellos en la senda de planeo directamente interceptando la trayectoria ILS (Instrumental Landing System). Esta maniobra ha sido autorizada por la torre de control. En el mismo momento en que el Sr. Polanco está observando una nave no identificada luminosa de entre 30 y 50 metros de tamaño y a unas pocas decenas de metros de su avión, desde el GN705 sólo ven al 727. Cuando el Boeing se encuentra entre 5 y 7 km. de la cabecera de pista se produce un nuevo apagón en el aeropuerto, esta vez debido a que deja de funcionar el grupo electrógeno de emergencia. El Sr. Oviedo no encuentra una explicación a esta falla, pues el equipo había arrancado normalmente. No descartamos que pudo haberse tratado de una sobrecarga de consumo, dado que las condiciones climáticas de frío extremo pudieron haber provocado el uso de calefacción eléctrica en las instalaciones del aeropuerto. (El ingeniero Etchegoyen nos había comunicado que debido al frío se estaba registrando el consumo histórico de electricidad en la ciudad de Bariloche antes del apagón).

avion acosado por gigantesco pv
«Crónica», Miércoles 2 de Agosto de 1995

Pero esto es sólo una presunción que requiere confirmación. Al producirse el segundo apagón el 727 inicia el procedimiento de escape habitual en estos casos, hacia el oeste ganando altitud para volver a la vertical del aeropuerto a 3.000 metros, mientras el GN705 también se dirige a la vertical pero a 3.300 metros de altitud según las instrucciones recibidas desde la torre de control. La pista del aeropuerto de Bariloche se encuentra a unos 850 metros sobre el nivel del mar. Cuando el GN705 llega a la vertical y el 727 se encuentra a unas 15 Km hacia el oeste aproximadamente sobre el Cerro Catedral, una luz que se desplaza rasante sobre la superficie del lago Nahuel Huapi sobrepasa por debajo y a la derecha al avión de Gendarmería Nacional a una velocidad calculada por la tripulación de unos600 km/h dirigiéndose hacia el oeste. A esa velocidad realiza un cambio abrupto de dirección de 90 grados y asciende a una velocidad aún mayor (el Sr. Gaitán habla de Mach 3, aproximadamente unos 4.000 km/h) hasta los 3.000 metros, donde bruscamente se detiene en una fina capa de nubes, en la futura trayectoria del 727. Desde este último se aprecia por última vez la luz a 3.000 metros sobre el lago. Todo termina cuando el GN705 deja de ver la luz al dirigirse hacia la cordillera y el 727 inicia nuevamente el alejamiento para luego aterrizar, esta vez con éxito. Los testigos de tierra describen haber observado sobre la ruta que une el aeropuerto con la ciudad de Bariloche, en las inmediaciones de una televisora local, el mismo fenómeno luminoso, al que describen como una luz entre anaranjada y blanca, y azulada hacia los bordes. El fenómeno daba luz hacia abajo.

Apagon
«Crónica», 3/08/1995

Análisis
Cuando no teníamos todos los datos que ahora poseemos, malinterpretamos que el 727 estaba iniciando el escape hacia el oeste cuando se visualizó la luz en posición «a las once». Consultando el estado de los cuerpos astronómicos visibles en esas circunstancias notamos que hacia el oeste, rumbo en que se desplazaba el 727, a una elevación de unos 30 grados podía verse una Luna nueva en forma de fina medialuna horizontal y el planeta Marte, separados por pocos grados. Cuando se completaba el escape volviendo a la vertical del aeropuerto, la Luna quedaba a la derecha y un poco atrás del avión, por lo que dedujimos que ésta podía ser la causante de una confusión. Y así lo hicimos notar en un reportaje que nos hiciera la revista Descubrir (2). Una vez que recolectamos más información se hizo evidente que la dirección del 727 cuando divisó la luz «a las once» y cuando el supuesto objeto lo acompañó muy cerca en el descenso descartaban a la Luna como causante de una posible confusión, motivo por el cual desechamos inmediatamente la hipótesis, de acuerdo a lo que nos impone la metodología científica que pretendemos utilizar.

esquemaAsí, dirigimos nuestra atención a la posibilidad de que el incidente pudiera haber sido causado por la confusión con alguna luz producida por un reflector terrestre (algún tipo de busca-huellas). A favor de esta hipótesis consideramos los siguientes puntos:

a) excepto el Sr. Polanco, todos los testigos describieron sólo una luz;
b) las maniobras que dicha luz realizó sugieren que no se trataba de una luz de una tercera aeronave, pues un objeto sólido con una masa de consideración no podría haber realizado un cambio de dirección abrupto de 90 grados a una velocidad de entre 600 y4.000 km/h sin haberse destruido;
c) a pesar de que el supuesto objeto se desplazó a una inmensa velocidad (4.000 km/h es unas tres veces la velocidad del sonido) no se escuchó desde tierra ningún boom sónico. Tanto la Sra. como el Sr. Cabral manifiestan que toda la experiencia ocurrió en silencio. Moviéndose a mayor velocidad que el sonido una luz no produciría un boom sónico, un objeto sí;
d) tras el brusco ascenso la luz se detuvo justo en la capa de nubes, ni más arriba ni más abajo, sugiriendo que era proyectada contra la nube.
e) La Sra. Cabral afirma que esta luz se irradiaba «hacia abajo», es decir hacia el suelo. Lo inverso, una luz irradiada desde el suelo y reflejada en la capa nubosa, habría causado el mismo efecto perceptivo. Algún tipo de luz producida por un reflector o busca huellas (tal vez incluso por un proyector láser) proyectada contra el manto nuboso, contra la superficie del lago, contra las laderas de los cerros, y tal vez incluso contra las ventanillas de la cabina del 727 podría dar cuenta de las apariencias y movimientos de las luces observadas.

Zerpa Alerto
«Crónica» 3/08/1995

Sin embargo ¿cómo explicar por qué el Sr. Polanco es el único en ver un objeto definido? Para intentar responder a esta pregunta debemos considerar primero las actitudes y creencias que el Sr. Polanco manifiestó poseer previa y posteriormente a su experiencia, con respecto al tema de los ovnis y la vida extraterrestre. En sus declaraciones el Sr. Polanco afirma: «creía en los fenómenos pero no tenía el convencimiento que tengo ahora», «influyó quizá la proximidad del ovni sobre el grupo electrógeno del aeropuerto y eso fue lo que provocó el corte de energía», «ellos tienen sumamente controlado todo como para no perjudicar a nadie», «ellos estaban muy por encima de todo lo que estábamos haciendo nosotros», «si tomo como definición que estos objetos generan causas y efectos en cada aparición no sería para nada extraño relacionarlo [con el segundo apagón en el aeropuerto]», «aceptaba que existía la posibilidad de esto. A partir de esto no puedo ser tan egoísta [de creer que somos] los únicos que tenemos derecho a la vida [en el universo]»,»nadie nos puede vender que ese era un aparato hecho en la Tierra».

Por la psicología cognitiva y por las denominadas teorías psicológicas de la New Look (3) sabemos que ante un estímulo perceptivo el ser humano intenta activamente hallarle una significación.
Para lograr esto elabora una hipótesis perceptiva y busca en el estímulo rasgos que la confirmen. Si halla tales rasgos, la hipótesis queda confirmada y le asigna al estímulo un significado, por ejemplo «silla». Si no encuentra tales rasgos elabora una nueva hipótesis perceptiva, y así sucesivamente hasta encontrar un significado aceptable para él. En nuestra experiencia cotidiana con objetos conocidos y familiares estos procesos se realizan a tal velocidad que difícilmente nos damos cuenta de ellos. Pero si el estímulo en cuestión es de naturaleza ambigua, puede requerir más tiempo completar el ciclo psicológico. Ahora bien, si alguien observa algo en el cielo le asignará un significado hipotético (por ejemplo «es un avión») y tratará de confirmar dicha hipótesis. Si no la confirma intentará otra (por ejemplo «es un globo», etc.) y así seguirá el ciclo. Pero si ninguna hipótesis puede ser confirmada la persona deducirá que está ante algo desconocido, no identificado; en suma: un ovni. Pero ¿qué es un ovni en nuestra cultura? Y específicamente, ¿qué significaría un ovni para el Sr. Polanco? Un ovni será algo que esté íntimamente relacionado con una nave extraterrestre. En este contexto resulta importante intentar deducir qué estaba haciendo o  en qué estaba pensando el Sr. Polanco instantes antes de ver el objeto a su derecha. Veamos: ante todo se encontraba en una situación de estrés. En efecto, los testigos a bordo del 727 habrían sufrido condiciones de estrés debidas a:

-La observación previa de una luz que el Sr. Polanco atribuyó a otra aeronave no registrada por el aeropuerto o un ovni («estábamos preocupados», «¿era un avión? ¿Era un ovni?», «Al terminar el viraje nos deja shockeados», «teníamos dudas», «¿qué actividad estaba desarrollando en la zona?».

-El hecho de encontrarse en zona de montañas donde los aterrizajes son siempre muy delicados. Al respecto, el aeropuerto de Bariloche trae a la memoria tristes recuerdos de catástrofes aéreas. Es válida aquí la mención de un estudio realizado por el psicólogo Robert Buckhout y publicado en Scientific American de diciembre de 1974. Allí leemos: «Un observador es menos capaz de recordar detalles … bajo estrés … La investigación realizada con miembros de tripulaciones de la Fuerza Aérea confirman que aún personas altamente entrenadas devienen observadores más pobres bajo estrés…» (4).

ovni bajo cutralco
Todos los días «una bomba». Tapa de «Crónica» de 16/08/1995.

Por otro lado, ¿cuáles eran las expectativas del Sr. Polanco en ese momento? A partir del instante en que el Sr. Polanco observa la luz enfrente de su aeronave toda la tripulación del Boeing 727 y también la del avión de Gendarmería, que escuchó las comunicaciones entre el Boeing 727 y la Torre de Control, comienzan a manejar la hipótesis de que hay tránsito no identificado en la zona, con la consiguiente predisposición cognitiva a percibir como una aeronave a cualquier estímulo ambiguo en el entorno que presente los rasgos mínimos que confirmen dicha hipótesis. Pero sólo el Sr. Polanco «ve» un objeto, y no porque haya sido el que pudo observar el fenómeno de manera más clara, sino por todo lo contrario: al tener que dividir su atención entre la maniobra de aterrizaje, el control del instrumental y la observación, esta última no fue del todo precisa, es decir, su percepción tuve que haber sido más ambigua, lo que le hizo percibir –además de las características propias de la luz– lo que él esperaba ver de acuerdo a sus conocimientos previos y a sus expectativas actuales, potenciado por la situación de estrés. Pero ¿puede un piloto de avión confundirse así? ¿No estamos aquí ante la presencia de testigos calificados? Buscando datos anteriores encontramos un estudio previo (5): el Dr. J. A. Hynek, del Center for Ufo Studies, examinó cerca de 11.000 informes de ovnis de los archivos del Proyecto Blue Book de la Fuerza Aérea de los EE.UU. Entre ellos encontró 640 casos (5,8%) que no pudo explicar y que clasificó como no identificados. Hay un resultado interesante en este estudio, que es contrario al falso concepto popular de que los pilotos de aeronaves militares, de aerolíneas y otros pilotos civiles son observadores especialmente calificados. Los porcentajes de confusiones con objetos convencionales (naturales o artificiales) son los siguientes: 76% para pilotos militares en casos de testigos múltiples, 88% si se trata de testigo único, 79% para pilotos de aerolíneas y otros pilotos civiles en casos de testigos múltiples,89% si se trata de testigo único.

Entr nosotrosLa Fundación CAIRP consulta a la Fuerza Aérea Argentina

Desde el primer momento intentamos obtener todos los datos a nuestro alcance. Fue así que recurrimos a la FAA para solicitarle información. Como respuesta recibimos las conclusiones a que había llegado la FAA luego de investigar el caso. Tales conclusiones son equivalentes a las nuestras. Por supuesto, una vez que la FAA estableció que ninguna aeronave convencional estaba transitando la zona en esos momentos, además del 727 y el GN705, consideró el caso cerrado, pues determinar la causa de los posibles reflejos en nubes o en la ventanilla del 727 podría haber sido un esfuerzo que llevaría mucho tiempo y sin garantías de éxito. Nosotros encontramos tal vez una explicación, pero la ofrecemos como probable y no como confirmada.

3 luces de un proyectorReflectores utilizados en el Cerro Catedral
Toda experiencia ovni debe ser investigada si los datos que se poseen de la misma así lo permiten. Si así no fuera el caso se deben hacer todos los esfuerzos necesarios para obtener más información válida. Muchas veces esto resulta imposible, y el caso debe ser categorizado como «información insuficiente». El resto podrá constituir las denominadas experiencias ovni. Cuando una experiencia ovni es explicada en términos banales (confusiones con objetos astronómicos, aeronaves convencionales, globos sonda, etc.) decimos que ha sido identificada la causa y pasa a constituir un caso ovi, por «objeto volador identificado». Hay dos tipos de ovi: los confirmados y los probables. Si el caso no se categoriza en ninguna de estas dos opciones, lo etiquetamos como caso ovni. Esto último no aporta automáticamente pruebas a favor de que se haya tratado de una nave extraterrestre, como algunos ufólogos pretenden, aunque lo sugiere por ser prácticamente equivalentes a nivel popular las expresiones «ovni» y «nave extraterrestre» (por eso hemos propuesto a veces el uso de una terminología neutra, como «fape» , por «fenómeno aeroespacial pendiente de explicación» en lugar de ovni). Podemos clasificar el caso Bariloche que estamos tratando como «probable ovi» causado por luces de reflectores, ya que esto explicaría las apariencias y los movimientos de las luces observadas, y es muy posible que haya habido personas utilizando reflectores en esa zona, sobre todo inmediatamente después de un apagón general.

Oportunismo sin crítica. Una constante entre los ufólogos que celebraron antes de investigar.
Oportunismo amarillo. Una constante: celebrar el «misterio» antes de investigar.

Sin embargo nuestra curiosidad científica nos llevó a tratar de confirmar aunque sea la presencia de posibles reflectores en la zona a la hora del incidente. Es así que luego de múltiples consultas y comunicaciones telefónicas entre nuestra Fundación y diversas personas de la ciudad de Bariloche obtuvimos la información de que dos empresas («Robles Catedral» y «Lado Bueno Sky y Sol» ) estaban usando reflectores en el cerro Catedral en ese momento. Se trata de máquinas pisanieves que se encontraban alisando las pistas de sky del cerro. Dos de tales máquinas estaban trabajando en el sector noreste, cerca de la base, en la pista de principiantes. Tales vehículos poseían reflectores halógenos de una potencia de 75 watts, de acuerdo al personal de Robles Catedral consultado. Otras dos máquinas pisanieves pertenecientes a Lado Bueno Sky y Sol se encontraban en las pistas del sector sudeste del cerro, trabajando desde la base hasta la cumbre, utilizando reflectores giratorios más potentes que los de un automóvil, según nos relató personal de dicha empresa. La ladera del cerro donde están las pistas de sky posee inclinaciones que van desde los 18 hasta los 45 grados, lo que sumado a que se trataba de reflectores giratorios, hace que prácticamente haya sido posible dirigirlos en cualquier dirección.

Conclusiones
Si bien el caso no está cerrado, creemos que con los datos recogidos y aquí analizados podemos concluir que:
a) Hay evidencia que sugiere que los pilotos y los testigos en tierra observaron luces terrestres proyectadas en las nubes o en las ventanillas del 727.
b) Tales luces pueden producir casi todos los efectos de apariencia y movimiento descriptos.
c) La psicología nos sugiere una explicación del hecho de que el Sr. Polanco haya creído observar un objeto definido además de las luces.
A los efectos de continuar con la investigación del caso hemos solicitado nuevamente a la FAA datos adicionales. En este caso hacemos hincapié en aquellos datos registrados durante del incidente o muy poco tiempo después. No insistimos en obtener nuevas declaraciones, pues consideramos que el paso del tiempo, y su efecto sobre la memoria y la recuperación, además de los nuevos datos a que seguramente fueron expuestos los testigos, degrada la información útil. Por ejemplo recordemos que los testigos de este caso proceden a realizar una reunión y discuten lo acontecido apenas arriban al aeropuerto, en lugar de realizar cada uno un informe escrito independiente, excepto -quizá- el Sr. Polanco.

Así, se pudieron haber influido mutuamente en sus relatos, como lo muestran las investigaciones llevadas a cabo por psicólogos norteamericanos (6) donde el recuerdo de experiencias inusuales o inesperadas se altera considerablemente y por lo tanto es menos confiable si:

a) ha transcurrido cierto tiempo (más de 30 minutos puede ser suficiente) b) el testigo fue sometido a información posterior al evento a través de mensajes, preguntas tendenciosas, rememoraciones del propio testigo, discusiones con amigos o familiares, o c) el testigo mantiene actitudes que puedan inducir una determinada tendencia en el relato de lo acontecido (en relación a esto último recordarlas opiniones del Sr. Polanco más arriba).

Referencias
1) Videos de los siguientes programas televisivos: «Telenoche» , Canal 13,Buenos Aires, 2 de agosto de 1995. «Memoria» , Canal 9, Buenos Aires, 2 de agosto de 1995. «Telefé Noticias» , Telefé, Buenos Aires, 2 de agosto de 1995. «Hola Susana» , Telefé, Buenos Aires, 2 de agosto de 1995. «Almorzando con Mirtha Legrand», Canal 9, Buenos Aires, 4 de agosto de 1995.
2) Revista Descubrir, año 5, número 50, setiembre de 1995.
3) Fernández H., González, F.F. y González, G.E.(1987) Temas de Psicología Cognitiva: I Percepción. Ed.Tekné, Buenos Aires.
4) Buckhout, Robert. Eyewitness Testimony. Scientific American, Vol. 231, Nº 6, 1974, pp. 23-31.
5) Klass, P.J. Ufos, The Public Deceived, Prometheus Books, 1983.
6) Hall, D.F., McFeaters, S.J., & Loftus, E.F. Alterations in Recollection of Unusual and Unexpected Events. Journal of Scientific Exploration. Vol. 1, número 1, 1987, pp. 3-10.

Otros articulos de Heriberto Janosch sobre el mismo caso:

Caso Bariloche, 31/07/1995 10 preguntas y algunas respuestas (14/09/2003)

Una hipótesis plausible para el caso Aeropuerto de Bariloche (01/05/2004)  

Caso Bariloche. ¿Hacia una solución definitiva? (01/05/2004) 

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POSTCRIPTUM (2018) / EL INFORME DE LA FUERZA AÉREA ARGENTINA

El que prescribe

Alejandro Agostinelli, editor de este blog, es periodista desde 1982.

Fue redactor de las revistas Conozca Más, MisteriosEnciclopedia Popular Magazine Gente, y de los diarios La prensaPágina/12. Fue uno de los impulsores de la Fundación CAIRP y escribió y asesoró a la revista El Ojo Escéptico. También fue productor de televisión en Canal 9 y América TV. Fue secretario de redacción de las revistas de divulgación científica Descubrir NEO y fue editor de una docena de colecciones de infomagazines para la revista Noticias y otras de Editorial Perfil. Últimamente ha colaborado en las revistas Pensar, publicada por el Center For Inquiry Argentina (CFI / Argentina), El Escéptico y Newsweek.

Fue creador del sitio Dios! (2002-2004) y del blog Magia crítica. Crónicas y meditaciones en la sociedad de las creencias ilimitadas (2009-2010). Es autor de Invasores. Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Random House, 2009).

Asesoró a Incoming, el noticiero de Canal Infinito (2009-2011) y escribió la columna Ciencia Bruja en Yahoo! Argentina y Yahoo! español (2010-2012). Asesoró a las productoras SnapTv y Nippur Media en la producción de documentales históricos y científicos para NatGeo (2011-2013).

Contacto: aagostinelli@gmail.com
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