Magritte a los chanchos

¿Nunca sentiste la pena de ver cómo el fruto de tu esfuerzo caía en manos equivocadas? ¿Nunca te sentiste ignorado, despreciado, maltratado, pateado, ninguneado y hasta recontraputeado tras haber intentado acercar lo mejor de tu pobre ser huérfano de alma a un público esquivo? Bueno, en Yahoo! Argentina colaboro en un blog donde de vez en vez me ocupo de creencias populares desde un enfoque evidentemente impopular.

Ya está bien: no voy a escribir sobre mi minúsculo desvelo sino asentar una digresión sobre el fundamentalismo extremista ante las expresiones culturales disidentes, un tema que no toco desde 2009, cuando Naciones Unidas sancionó una increíble resolución sobre la blasfemia.

Abajo reviso una noticia del año pasado que, creo, pasó inadvertida.  Tiene que ver con el cuadro censurado de un artista que quiso hacer reflexionar sobre el caso del caricaturista amenazado por grupos extremistas islámicos.

En abril de 2010, el municipio de Grenaa, Dinamarca, retiró de una exposición este cuadro (ver arriba) del artista danés Hans Christian Sørensen, que roza el maravilloso estilo del pintor surrealista belga René Magritte (1898–1967).

El punto movilizador del cuadro de Sørensen es que resignifica la caricatura que hizo de Mahoma el dibujante danés Kurt Westergaard en 2005. El pintor puso la famosa bomba con la mecha encendida en los turbantes que llevan una mujer musulmana y el propio Westergaard. Con los agregados de la granada de mano colgando bajo el cuadro dentro del cuadro y el cerdo que lo observa, sentado en la caja, cuya intención artística ignoro pero que me ayudó a titular a este post.

Por si el lector no lo recuerda, Westergaard fue el ilustrador que hizo estallar de ira a varios grupos musulmanes fundamentalistas por sus caricaturas de Mahoma, la más famosa de las cuales fue usada por Sørensen en la paráfrasis gráfica censurada por sus coterráneos.

Desde la publicación de aquellas caricaturas, Westergaard vive con custodia permanente en una casa que tiene un refugio blindado en caso de ataque. En 2008 y en 2010, el caricaturista fue víctima de sendos intentos de asesinato; en el primero, el intruso, un somalí que intentó romper la puerta de la casa a hachazos, fue asesinado por los guardaespaldas de Westergaard; en el segundo ataque, el dibujante tampoco hubiera contado el cuento sin protección policial.

El cuadro de Sørensen tiene un toque del surrealismo de Magritte. Pero las mechas a punto de hacer reventar la cabeza de la musulmana y del caricaturista son representaciones figurativas que ironizan a partir de un escenario latente, real y explosivo, más allá de cuán acertado haya sido Westergaard cuando decidió traer a Mahoma al siglo XXI de esta manera.

Cuando la muestra se prohibió, Sørensen explicó que él era un humorista, y que con su pintura “no quiso provocar”. Dijo sobre la censura: “A mi me parece bien que Kurt Westergaard dibujara a Mahoma, pero para mi obra eso no importa; si alguien debe sentirse ofendido por el tema de mi pintura estos son Westergaard o el cerdo”.

Le sorprendió saber que el municipio recibiera quejas de los visitantes, porque mientras él estuvo sólo oyó comentarios positivos. “El arte debe ser original, no copia. Todos podemos pintar flores, pero la gente ve mucho más. El arte debe ser debatido, ese es el punto. Es la diferencia entre arte y decoración”, explicó.

La cobarde censura de los funcionarios daneses olvida que en 2004 la cultura del norte europeo se debió sobreponer al duro impacto que causó el asesinato de Theo van Gogh, el cineasta holandés ateo muerto a manos del extremista musulmán Mohammed Bouyeri. El fundamentalista marroquí clavó en el pecho del activista anticlerical una carta firmada “en nombre de Alá”, donde anunciaba los nombres de sus futuras víctimas.

Recordar estos crímenes, que además son atentados a la libertad de expresión, calma cualquier ego herido.

Los comentaristas de Yahoo! Argentina, tan enojados con la información herética que a veces contiene Ciencia Bruja, pueden seguir desahogándose tranquilos. Nadie se los va a impedir. Queda el consuelo de creer que quienes están de acuerdo con mi enfoque carecen de motivación emocional.

La simpatía racional es discreta; y, graciadió, raramente se traduce en militancia.

Alejandro Agostinelli

Vía Durotrigan y Creepingsharia

El que prescribe

Alejandro Agostinelli, editor de este blog, es periodista desde 1982.

Fue redactor de las revistas Conozca Más, MisteriosEnciclopedia Popular Magazine Gente, y de los diarios La prensaPágina/12. Fue uno de los impulsores de la Fundación CAIRP y escribió y asesoró a la revista El Ojo Escéptico. También fue productor de televisión en Canal 9 y América TV. Fue secretario de redacción de las revistas de divulgación científica Descubrir NEO y fue editor de una docena de colecciones de infomagazines para la revista Noticias y otras de Editorial Perfil. Últimamente ha colaborado en las revistas Pensar, publicada por el Center For Inquiry Argentina (CFI / Argentina), El Escéptico y Newsweek.

Fue creador del sitio Dios! (2002-2004) y del blog Magia crítica. Crónicas y meditaciones en la sociedad de las creencias ilimitadas (2009-2010). Es autor de Invasores. Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Random House, 2009).

Asesoró a Incoming, el noticiero de Canal Infinito (2009-2011) y escribió la columna Ciencia Bruja en Yahoo! Argentina y Yahoo! español (2010-2012). Asesoró a las productoras SnapTv y Nippur Media en la producción de documentales históricos y científicos para NatGeo (2011-2013).

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